Más de 1.500 ciclistas participaron ayer en el recorrido con el que, cada año, el colectivo reivindica respeto y convivencia en las carreteras. La marcha desde Zaragoza hasta el santuario de la Virgen de la Dorleta en Jaulín alcanzaba su décimo aniversario, con la satisfacción de la reciente aprobación del cambio del Código Penal que endurecerá las penas para los atropellos múltiples y la omisión del deber de socorro, pero sin dejar de reclamar.

Según explicaba Santiago Iranzo, presidente del Club Ciclista Iberia al que este año correspondió organizar la cita, en la lectura del manifiesto con la que siempre se inicia esta concentración hubo un recuerdo a «lo que ha conseguido Ana, una pasada, que por lo menos hace que ya no salga tan barato matar», en referencia a la lucha de Ana González, viuda de un ciclista atropellado por un camionero que se dio a la fuga en Toledo, y que ha peleado por el endurecimiento de penas que ahora ha visto la luz.

Pero no fue el único motivo de reivindicación de ayer. «Se ha reclamado que se limpien los arcenes, porque particularmente en Aragón están hechos una pena. Vas a otras comunidades y tienen zonas pacificadas, limpias, pero aquí es una pena la conservación», lamentaba Iranzo.

SEÑALIZACIÓN

Además del arreglo de las cunetas, que según el ciclista suelen estar tan sucias como mal conservadas, otra de las peticiones señaladas en la marcha de ayer, que particularmente el club Iberia lleva años reclamando, es «el aumento de la señalización vertical» en las carreteras más habituales para los ciclistas los fines de semana. «Carreteras como la de Huesca, en las que hay mucho menos tráfico con la autovía, o la de Valencia, son muy frecuentadas, y debería haber más señales que alertaran a los conductores», explicaba.

Pese a que siempre habrá aspectos que mejorar, como demuestra la masiva afluencia a la marcha de ayer, Iranzo reconocía que las cosas no están tan mal como hace pocos años. «Sí que es verdad que se nota más sensibilización, más conciencia entre los conductores. Notas que se apartan más que antes cuando te rebasan, aunque haya algún acto puntual de irresponsabilidad. La gente poco a poco toma conciencia, hay que tener en cuenta que casi todos somos también conductores y hay 3,5 millones de ciclistas en España».

Este año no ha habido que lamentar atropellos mortales de ciclistas, como el que hace dos años, poco antes de la celebración de esta marcha anual, acabó con la vida de dos aficionados en Botorrita y que generó una reacción de solidaridad que llevó a más de 3.000 ciclistas a la carretera.