Miles de personas se manifestaron ayer en las calles de las localidades de Sant Jaume d'Enveja y Deltebre, en Tarragona, para mostrar su rechazo al nuevo Plan Hidrológico de la Cuenca del Ebro, aprobado por el Gobierno el pasado 28 de febrero. Bajo el lema El Ebro sin caudales es la muerte del Delta, participaron en la cita entidades ecologistas y representantes de CiU, ICV-EUiA, PSC, ERC y CUP, además de la aragonesa Coagret.

De esta forma, el delta volvió a ser, tras 12 años del primer plan hidrológico nacional del PP, el epicentro de la lucha antitrasvase, aunque en esta ocasión CiU se sumó a la protesta, a diferencia de lo que hizo cuando gobernaba José María Aznar. "En nombre de la Plataforma en Defensa del Ebro, comienza una nueva etapa de lucha", indicó el portavoz de la Plataforma en Defensa del Ebro (PDE), Manolo Tomàs, al inicio de la marcha.

Representantes de las formaciones políticas que se oponen al plan aprobado por el Gobierno también se sumaron a la movilización, entre ellos Oriol Junqueras (ERC), Jordi Turull (CiU), Joan Herrera (ICV), Miquel Iceta (PSC) y David Fernández (CUP). También acudió con pancarta propia la Asamblea Nacional Catalana (ANC), con Carme Forcadell al frente, y Ernest Maragall, de Nueva Izquierda Catalana. Los líderes de las formaciones catalanas y diputados del territorio, con su propio lema Por Cataluña, salvemos el Delta.

Los organizadores reclaman un caudal en el tramo final del río de 7.160 hectómetros cúbicos anuales, frente a los 3.220 que constan en el plan, y critican que el consumo del agua pasará del 55% al 70% con la puesta en marcha de 445.000 hectáreas de regadío y 40 nuevos embalses.