Arquitecta

María Langarita es una joven de 23 años de Calatorao que ha realizado la carrera de arquitectura en la universidad de Navarra. Recientemente ha recibido el primer Premio Nacional. El Premio Extraordinario Fin de Carrera en Arquitectura al mejor expediente tocó a su puerta el mismo día que se le concedió el premio Luis Moyá por su proyecto de restauración sobre el castillo de Calatorao.

--¿Cuándo descubrió que tenía vocación por la arquitectura?

--No creas que lo mío ha sido un caso de vocación, porque son carreras técnicas sobre las que no tienes mucha idea. En mi casa, mi padre ha estado relacionado con la arquitectura y de alguna forma he vivido un poco ese ambiente. Pero hasta que no te metes de lleno no sabes lo que es.

--¿Y ahora que ya la conoce por dentro le gusta, le ha decepcionado en algo?

--No he tenido tiempo todavía de saber ni una cosa ni otra; todo lo que hago es nuevo para mi. Sé que en la arquitectura no todo es arte entre comillas, que hay que dedicar también esfuerzo a la parte económica...

--Y habrá descubierto que ni siquiera todo es bonito.

--Sí, no siempre se pueden hacer proyectos maravillosos. A veces es más importante aplicar un nuevo material que levantar un gran edificio. La arquitectura son muchas cosas. Pero es cierto que también es pelear con las empresas para intentar sacar adelante proyectos con cierta calidad artística, porque en muchos casos a la empresa le interesa más el resultado económico.

--¿Cómo surgió la idea para la recuperación del Castillo de Calatorao?

--Principalmente porque me parecía un tema difícil e interesante, además era una excusa para conocer un poco más de él, ya que estaba en mi entorno pero apenas sabía algo de este castillo. El planteamiento del proyecto era la recuperación de esta instalación respetando la estructura histórica para generar un uso continuado del Castillo de Calatorao.

--¿Cuál cree que es el uso más conveniente para el castillo?

--El que yo le dí. Creo que un uso cultural es lo idóneo porque se abre una línea de posibilidades más amplia y que permite el disfrute de un mayor número de personas. Estaría destinado a clases de música, jornadas artísticas, congresos, exposiciones...

--Podríamos decir que estaría adaptado a usos cotidianos...

-Sí, es eso. Esta alternativa permitiría que las puertas del Castillo de Calatorao estuviesen abiertas para todo el mundo.

--¿Piensa trabajar en Aragón?

--No me he planteado nada. Uno puede vivir en un sitio y trabajar en otro, no lo sé...