-Han escogido una gama muy cómoda: de cero a tres el cliente no opina.

-(risas) Así es, es cierto. Pero la mamá y las abuelas son muy exigentes.

-¿Existe una feria de tendencias para bebé?

-Sí, sí, la Feria Internacional de Moda Infantil en Madrid. Allí se reúnen los fabricantes y diseñadores. Y como en la moda adulta también hay tendencias, que las suelen marcar los creadores de los tejidos, de las telas.

-Usted abrió su negocio hace menos de un año.

-Sí, en la empresa donde trabajaba con mi hermana Teresa, hicieron un ERE, nos fuimos a la calle y pensamos que había que hacer algo. Como teníamos experiencia en este mercado, decimos abrir nuestro propio negocio. Hace un mes tan solo.

-Y creron dBb’ Ideas. ¿Por qué solo hasta tres años?

-Te iba a hacer la broma de repetir lo de arriba: porque los bebés no se quejan, pero no es cierto. Las grandes superficies cubren esa gama de más edad. La ropa para bebés tiene más calidad, se suele comprar de regalo, incluso como un capricho.

-Supongo que estarán muy al tanto de los índices de natalidad...

-Sin duda; y estamos contentas porque la natalidad está subiendo ahora. Y hay mucho gemelo.

-¿Exportan?

-Estamos en ello. ¡Llevamos solo un mes! Y ya tenemos contactos y pedidos. Contamos con tres representantes en España y estamos en contacto con Francia e Inglaterra.

-Lo veo todo como sencillo; ¿pero qué es lo más complicado?

-Hoy en día, introducirse en el mercado, porque las tiendas ya cuentan con sus proveedores habituales y están reacias a introducir marca nueva. Solo podemos convencer por la calidad y el diseño.

-¿Hay producto chino?

-Nosotras no competimos con China, pero existe mucho producto en una gama más baja.

-¿Son ustedes ejemplo de lo que ahora se llama emprendedores?

-Sí, claro.

-Ande, dele algún consejo a los que empiezan una vida nueva.

-Que arriesguen. Nosotras hemos tenido la suerte de poder hacerlo, porque es muy importante la experiencia y los contactos.

-¿Existe internet?

-Nosotras no podemos vender on line. Solo servimos a tiendas, no cliente final.

-Me gustaría verla dentro de un año.

-¡A mí también! Si nos vemos que no hayamos cerrado el negocio. Hay que tener esperanza y fe y creo que irá bien.