Unicef

Unicef Aragón (976225494) celebra su 50 aniversario, muchos años peleando por la dignidad de los niños en proyectos que superan nuestra propia comunidad. Nuestra invitada es vicepresidencia de la asociación.

--¿Los niños son los grandes perdedores del mundo?

--Efectivamente, son los grandes desfavorecidos en el momento en el que se desarrolla un conflicto armado, una situación de crisis...

--No veo yo que en términos generales esto tenga solución.

--Sí tiene solución y es posible. El invertir en infancia diciendo que es la única solución segura para construir un mundo más justo, porque es una inversión que dará resultados a largo plazo. Lograremos que ellos hagan sostenible su propia sociedad porque ellos serán un día el soporte de su mundo.

--Pero muchos niños no van ni a la escuela.

--El conseguir que los niños tengan educación es una de las metas de los programas del milenio. Ahora en Unicef tratamos de ir un poco más allá, tratando de la educación de las niñas. Ellas serán madres y serán educadoras.

--En general el mundo es desolador, todo tan injusto...

--Es desolador porque desde los países desarrollados no llegamos a tomar conciencia de la situación de los países más desfavorecidos. Si todos nos propusiéramos algún pequeño gesto de solidaridad todo cambiaría radicalmente. Los 50 años de Unicef en España significan que Unicef llegó con programas de ayuda; éste es el mejor ejemplo de que es posible cambiar las cosas. Y nos hemos convertido de país receptor en país donante. ¿O es que no te acuerdas de la leche en polvo?

--¿Por eso se ha metido usted en Unicef? ¿Para vengarse?

--Ja, ja. No, ese tipo de programas se siguen repitiendo en el mundo y se contrarresta la mala nutrición de la infancia. Ahora, en la ayuda a los refugiados en Sudán, la base es la alimentación.

--Una de las cosas que más me abate es la utilización de niños como soldados. Juegan a las guerras de verdad.

--Sí, hay 300.000 niños implicados en guerras. Y ahí la desprotección es total, porque ellos viven la guerra. Unicef está en el terreno de forma permanente, ésa es su ventaja, que no aparece de pronto. Y el trabajo es continuado pero de resultados lentos. Por eso es tan importante la educación, seguimos insistiendo en ello.

--¿Qué podemos hacer desde la sociedad de la opulencia?

--"Tenemos la información pero nos falta el conocimiento", dijo el padre Jon Sobrino. Pueden contribuir desde económica hasta personalmente. Siguen faltando voluntarios, de ellos vive Unicef. Cualquier gesto tiene un efecto multiplicador.