Sistema de Gestión de Aceites Industriales Usados en España (Sigaus) ha llegado a acuerdos con más de 200 empresas privadas de logística con el fin de cubrir las necesidades de todo el territorio nacional y no descuidar ningún punto, por alejado y aislado que se encuentre de las plantas de regeneración, valorización y reciclado de residuos de aceite.

«Por ejemplo, para poder llegar a un pueblo del Pirineo aragonés donde se producen pocos residuos se contacta con una empresa de Sabiñánigo que posea camiones adaptados a este tipo de labor», señalan en el departamento de comunicación de Sigaus, que tiene su sede en Madrid.

La entidad se encarga además de reinvertir en gestión de residuos todos los beneficios obtenidos con su actividad, dado que carece de ánimo de lucro. Ello es posible porque es en el usuario de aceites y lubricantes (bien sea un particular o una empresa) en quien se repercute el coste de la recogida y tratamiento de los residuos.

Así lo reflejan las facturas de los talleres mecánicos, donde el propietario del vehículo abona a razón de seis céntimos de euro por cada kilo de aceite lubricante adquirido. En cuanto al taller, se compromete a recoger los residuos de grasa y mantenerlos en las debidas condiciones, en depósitos especiales, hasta su entrega al organismo que se hace cargo del transporte.

De esta forma, en lo que se refiere a la automoción, se garantiza que los residuos no se vierten directamente en la naturaleza, como ocurría antiguamente y todavía sucede en países que carecen de este servicio.

«La gestión de los aceites industriales usados en Aragón es un buen ejemplo de proyectos de economía circular que están funcionando ya de forma eficaz y sostenible», subraya Eduardo de Lecea, director general de Sigaus.

«Esto es posible gracias al compromiso de las empresas involucradas, al impulso de la Administración y a la concienciación ciudadana», destaca el responsable de la entidad, que advierte de que se trata de un tipo de residuo «complejo y de costosa gestión».

Con este tipo colaboración, añade De Lecea, se consigue transformar en recurso utilizable un residuo que, no tratado, constituiría un grave peligro.