Más de 250 agentes de los cuerpos y fuerzas de seguridad velarán por el orden público en la ciudad de Teruel durante el desarrollo de la fiesta medieval de las Bodas de Isabel, que se desarrollará del jueves al domingo de la semana que viene.

«Seguimos estando en alerta cuatro, por lo tanto todas las medidas deben estar bajo esta premisa en cualquier actuación de la Guardia Civil y la Policía Nacional y Local», subrayó el subdelegado del Gobierno en Teruel durante la presentación del dispositivo.

La Policía Nacional, competente directa en la seguridad ciudadana, contará con entre 125 y 130 agentes, a los que se unirán el Grupo de Carteras de Zaragoza para potenciar a los efectivos locales, «pues por estas fechas vienen muchos ladrones de móviles y carteras».

Se desplazará igualmente una Unidad de Prevención y Reacción (UPR) de Zaragoza para asuntos de orden público y seguridad ciudadana y estarán por todo Teruel. Asimismo, se dirigirá a Teruel un helicóptero del CNP que, esporádicamente, con buenas condiciones atmosféricas, sobrevolará la ciudad en contacto con los cuerpos de seguridad desplegados sobre el terreno.

Los cinturones y rondas de circunvalación de Teruel se controlarán con un dispositivo preventivo similar al de la Feria de la Vaquilla, para realizar controles de alcohol y drogas en las salidas de la ciudad.

La Guardia Civil actuará con unos 130 agentes. Además de los accesos por carretera a la ciudad se encargará de vigilar las llegadas en autobús y tren, con el fin de evitar la entrada de personas con antecedentes o que llegan en mal estado, en coordinación con el resto de las policías. También realizarán las competencias que les son propias, «como las fiscales y el tema de animales, para verificar que se les trata bien y están en el sitio que les corresponde», según Valero. Asimismo, estarán al tanto de la venta de cuchillos y lanzas. También habrá un helicóptero para vigilar el tráfico desde el aire, «siempre y cuando el tiempo lo permita».

Este año las novedades en materia de seguridad se relacionan con el cambio de ubicaciones, según explicó la alcaldesa, Emma Buj. Al estar en obras el museo Provincial, la plaza no se utiliza ni para el pregón ni para el entierro de Diego. El primero se trasladará la plaza del Ayuntamiento y el segundo a la del Seminario. Esto obliga a cambiar los recorridos y afecta a los dispositivos de seguridad.

Este año se instalan 280 puestos en el mercado y alrededor de 150 jaimas, de forma que su distribución reviste cierta dificultad, según la alcaldesa. «Como alguien dijo una vez, se trata de un caos, pero de un caos muy bien organizado», indicó.

De los 280 puestos del mercado medieval, 111 son de comida, «algo que es necesario en la ciudad pues solo con los establecimientos de Teruel sería imposible dar de comer a todos los visitantes». «Se puede decir que en ningún caso es una competencia, sino un apoyo porque es muy importante dar un buen servicio y que quien nos visita desee volver».

La plantilla local está al cien por cien, lo que permite que cada turno cuente con ocho agentes más un responsable, indicó Buj. Cada acto o escena tendrá dos responsables, así como cada plaza donde están ubicadas las jaimas. Además, este año se reforzará la señalización de acceso a los estacionamientos y se modificará el acceso al párking de la Glorieta debido a las obras.