Más de la mitad de las viviendas de las urbanizaciones El Inglés y Lasaitasuna --54 de 103-- continúan cerradas un año después de que, el 8 de febrero del 2013, hasta 63 casas tuvieran que ser desalojadas por el riesgo que suponía para ellas el deslizamiento de la ladera derecha del embalse de Yesa.

La Asociación Río Aragón y la iniciativa ciudadana Yesa + No consideran que lo que ocurre en esas urbanizaciones es, pese a su gravedad, tan solo es la punta del iceberg de los gravísimos problemas que conlleva el recrecimiento de Yesa. Ambas entidades acusan a la Confederación Hidrográfica del Ebro CHE) de no dar soluciones a los propietarios de las viviendas desalojadas y de insistir "en un proyecto de recrecimiento más inviable que el futuro de las propias urbanizaciones".

Un grupo de parlamentarios navarros visitó la zona el pasado 31 de enero y se entrevistó con varios de los afectados, que mostraron su indignación por la situación en la que se encuentran.

Por otro lado, Bildu ha pedido la comparecencia del presidente de la CHE, Xavier de Pedro, ante las Cortes de Navarra.

"Urge que la máxima autoridad responsable de las obras del recrecimiento y de las obras para intentar frenar los desplazamientos en la cerrada derecha del pantano, comparezca en este parlamento", dijo el diputado Víctor Rubio, que señaló que su objetivo es intentar aclarar cuál es la situación real de las obras, cómo prevé parar esos desplazamientos la CHE y qué futuro tiene el recrecimiento del propio pantano.

El parlamentario se refirió también a "las lógicas inquietudes que puedan tener tanto los propietarios de la urbanización como los habitantes de las poblaciones aguas abajo de la presa".

Río Aragón y Yesa + No destacaron en un comunicado que, tras una inversión de 25 millones de euros, "la ladera se sigue moviendo, y la CHE continúa en su huida hacia adelante haciendo caso omiso a la inseguridad e inestabilidad" de esa zona.

Según estas organizaciones, la CHE dispone de dos informes geológicos que atribuyen la inestabilidad de la ladera a causas distintas. Una lo achaca a una falla inversa y otro a un pliegue con cierre sinclinal. "Siguen sin querer saber el modelo geológico sobre el que trabajan, lo que provoca problemas y peligro de forma continuada", sostienen.