No hacía noche para estar en plena calle, pero ni el frío ni la niebla evitó que la plaza del Pilar empezara el 2019 abarrotada de gente que se enfrentó a la climatología. Más de 7.000 personas celebraron las campanadas en el epicentro de la capital aragonesa.

Los primeros en acudir a la plaza recibieron una de las 3.000 bolsas de cotillón que repartió el Ayuntamiento de Zaragoza, aunque la mayoría llegó a la plaza cargado con el imprescindible kit para dar las bienvenida al año: uvas, cava -con sus respectivas copas-, complementos coloridos y muy festivos y, sobre todo, varias prendas de abrigo que incluían gorros, guantes, bufandas y más de una capa de ropa.

Por primera vez el consistorio aplicó la campaña No es No contra las agresiones sexistas también durante la fiesta, pues la plaza del Pilar se conviertió en la mayor fiesta de Nochevieja de la ciudad, aunque solo fuera durante las campanadas, que se proyectaron en la fachada del consistorio. Para tratar de ayudar en la lucha contra el frío, hubo música en directo que animó a los asistentes a bailar y, en algunos casos, incluso entrar en calor con el movimiento.

Este año no se han registrado incidencias reseñables durante la noche, que para unos fue más larga de lo habitual. Tras las 12 campanadas, aquellos valientes que sobrevivieron al frío continuaron con la celebración del nuevo año por los diferentes bares de la ciudad.