La salud tampoco se escapa a las consecuencias de la inestabilidad meteorológica. Reúmas, artritis y dolores musculares o de articulaciones aparecen con más virulencia con los cambios bruscos de temperaturas, la lluvia y el viento. Un factor a tener en cuenta para los alrededor de 6.000 aragoneses que padecen artritis reumatoide, en su mayoría personas con edades comprendidas entre 30 y 50 años y con una incidencia mayor en mujeres.