Este curso académico 1.080 universitarios hacen las maletas para vivir la experiencia de estudiar en otra ciudad de Europa gracias a la beca Erasmus. Cada año aumenta el número de estudiantes que deciden embarcarse en esta aventura. Cuando vuelven la mayoría ha vivido «los mejores meses de la vida».

El país de destino más demandado por los alumnos aragoneses es Italia, seguido de Polonia y Francia. Un total de 225 estudiantes pasarán los próximos meses en la península itálica. Una de ellos es Judit Morales, estudiante de Publicidad y Relaciones Públicas, que ha escogido Salerno, una ciudad del sur, con el objetivo de aprender la lengua. «Es fácil que al ir a Italia vuelva con el italiano aprendido, en cambio es complicado aprender en los meses de Erasmus inglés a la perfección», comenta.

IDIOMAS

El lenguaje es uno de los principales retos de los estudiantes ya que se tienen que enfrentar a las clases y a la vida en una lengua que no es la materna. «He dado tan solo unas pocas clases de portugués antes de ir», afirma Sara Escartín, compañera de Judit, que en su caso, escogió Lisboa. «Me gustaría volver siendo bilingüe», igual que Judit, ambas se han decantado por empezar un idioma de cero, similar al castellano, con la idea de manejarlo a la perfección a la vuelta.

Mientras algunos estudiantes se decantan por estudiar las lenguas latinas, son muchos también los que aprovechan la beca para mejorar su conocimiento de inglés. Este es el caso de Beti Simón, estudiante de Periodismo, que a partir del mes de enero tendrá en Oslo su lugar de residencia. «Todas las clases se imparten el inglés, no queda otra que aprender», asegura Beti, que además, escogió un país nórdico porque el sistema de educación. «Tiene muy buena fama y quería vivirlo en primera persona», destaca.

EVALUACIONES

El procedimiento de evaluación varía dependiendo del país, la ciudad o la universidad. Mientras que en algunas facultades de Holanda sus alumnos tienen que superar pruebas mensualmente e incluso cada semana, en otras simplemente es necesario aprobar un examen al final del cuatrimestre en el que el 100% de la nota depende de ese ejercicio, como ocurre en Bélgica. «Tengo curiosidad por ver cómo serán las asignaturas y a lo que me voy a tener que enfrentar, la verdad es que no tengo ni idea, siento un poco de miedo, pero me pueden más las ganas», comenta Beti.

El sistema de puntuación también puede diferir del español. Incluso en algunos países como Bélgica los exámenes son tanto escritos como orales. Antonio Arruebo, estudiante de Administración y Dirección de Empresas, se ha informado antes de viajar a Bruselas, donde pasará el próximo año, y explica que «las asignaturas son de tres créditos en vez de seis, por lo tanto tengo que cursar más, pero la cantidad de materias es la misma».

OTRAS REALIDADES

La beca Erasmus permite a los alumnos conocer otro tipo de realidad universitaria a la que están acostumbrados en su lugar de origen y otro tipo de funcionamientos educativos. Además, también da la posibilidad de cursar materias que no se incluyen en el plan de estudios de cada grado. Esta es una de las ventajas que destaca Sara ya que en Lisboa tendrá la posibilidad de estudiar Márketing deportivo, curso que no se ofrece en ningún centro de Zaragoza.

Pero ni mucho menos en el Erasmus los jóvenes solo se dedican a estudiar. Una asignatura que también hay que aprobar es la de conocer gente y viajar.

El curso académico que suelen elegir los estudiantes que realizan carreras de cuatro años es tercero, ya que durante el último prefieren centrarse en su trabajo de fin de grado. Algunos, como Beti, también buscarán un trabajo en la ciudad de destino, en su caso para conseguir ahorrar un poco de dinero para mantenerse fuera de casa esos meses. «Con los ingresos de la beca únicamente me puedo costear el alojamiento», explica.

La ayuda económica de la UE varía según el país de destino. Los alumnos que viajen a Polonia, Lituania o Rumanía, donde el coste de la vida es más bajo, reciben 200 euros al mes, Alemania, Bélgica o Portugal, 250 euros, y finalmente, aquellos en los que el nivel de vida es más alto como en los países nórdicos, Reino Unido o Francia, la beca es de 300 euros. En todos los casos la subvención es de cinco meses.

APORTES ADICIONALES

En España la ayuda es para todos los estudiantes por igual, aunque también existe la opción de solicitar una subvención del Ministerio de Educación Cultura y Deporte, que es de 300, 350 o 400 euros, u otros aportes adicionales.

Aunque para la mayoría de los alumnos la ayuda recibida no es suficiente para cubrir todos los gastos, Judit, que estudia fuera de su pueblo natal, entiende que «aunque sea poco, es más que nada», ya que ella no recibe ningún tipo de ayuda por estudiar en Zaragoza.