La toma de posesión de la diputada de Podemos Vanesa Carbonell hace diez días marcó un hito en las Cortes de Aragón porque con su llegada se ha alcanzado el máximo número de mujeres diputadas en el hemiciclo aragonés hasta ahora. A día de hoy, 34 hombres y 33 mujeres representan en el Palacio de la Aljafería a toda la sociedad aragonesa. Una paridad casi total en cuanto al número, que ha ido subiendo peldaño a peldaño, especialmente, desde el comienzo de los años 2000. Un panorama radicalmente distinto en términos de igualdad en esta X legislatura si se compara con la que abrieron sus puertas las Cortes de Aragón, allá por 1983, cuando 63 varones y solo tres féminas ocupaban los escaños.

Pero aunque el aumento de la presencia de mujeres en el Parlamento parezca seguir el ritmo de los tiempos fuera de la Aljafería, la letra pequeña de la representatividad de las mujeres en la política aragonesa deja otras lecturas. Si en la pasada legislatura (2015-2019) se alcanzó el mayor número de mujeres en cargos de representación o portavocía de los grupos parlamentarios, en el presente mandato los ocho partidos con representación, desde Izquierda Unida a Vox, tienen a un varón como portavoz. Tan solo en el Partido Popular Mar Vaquero ejerce de manera habitual como portavoz adjunta, pero el portavoz titular es el presidente de la formación, Luis María Beamonte. ¿Retroceso en la igualdad o mera casualidad? Ni siquiera quienes han seguido por más tiempo la actualidad parlamentaria se atreven a emitir un veredicto.

Y es que las presidencias de los partidos políticos también recaen, en este periodo, mayoritariamente en hombres. Javier Lambán (PSOE), el mencionado Luis María Beamonte (PP); Daniel Pérez Calvo (Ciudadanos), que sustituyó a Susana Gaspar; Arturo Aliaga (PAR), Joaquín Palacín (CHA) y Santiago Morón (Vox) lideran el panorama político aragonés actual. Tan solo Maru Díaz se cuela como cabeza de partido en Podemos, tras vencer en unas primarias en las que tan solo hubo candidatas. Sin embargo, su entrada en el gobierno cuatripartito y la asunción de la cartera de Ciencia y Universidad llevó a la portavocía a Nacho Escartín, el único parlamentario de un grupo formado por otras cuatro mujeres. Es decir, Podemos es el grupo parlamentario con un mayor porcentaje de políticas en sus filas. También en Chunta Aragonesista hay más diputadas que diputados (2 a 1), pero la portavocía recae en él, Joaquín Palacín, que es a su vez el presidente del partido.

Los grupos parlamentarios de PSOE y Ciudadanos logran la paridad total, 50/50, con 12 diputadas en el primer caso y 6 en el segundo. El PP, con 7 parlamentarias frente a 9 parlamentarios queda a un paso de esa paridad. También en el PAR y en Vox hay más diputados que diputadas, 2 a 1. En todos estos casos concurre la circunstancia de que el líder de la formación a nivel orgánico es también un varón. Como en Izquierda Unida, donde su único diputado, Álvaro Sanz, es evidentemente el portavoz del grupo mixto de que es el único integrante. Patricia Luquin, asumía en la anterior legislatura esta portavocía.

Cambio de rumbo

Lo que dicen las cifras deja a las claras que el cambio de milenio supuso un paso de gigante en lo que a la paridad se refiere. Mientras en las cuatro primeras legislaturas tan solo hubo entre una y seis diputadas, entre 1999 y 2003, 47 hombres y 20 mujeres fueron elegidos en las urnas. El momento más simbólico fue la toma de posesión de la primera presidenta de las Cortes, Violeta Barba (Podemos), que ejerció su cargo entre 2016 y 2019. Aunque Aragón había tenido ya presidenta del Gobierno, Rudi, y alcaldesas en las tres capitales de provincia, el techo de cristal de la Aljafería seguía intacto hasta el 2016.

Además de Rudi, nombres propios como Nieves Ibeas o Eva Almunia lideraron sus partidos también en otras etapas del parlamentarismo aragonés. A día de hoy, los portavoces son ellos. Y las voces femeninas lideran, eso sí, en la mayoría de las comisiones de las Cortes. Una paradoja en el arco parlamentario con más mujeres de la historia.