El cierre obligado del área de seguridad penitenciaria del Servet ha obligado a dispersar a los presos hospitalizados en tres centros sanitarios, lo que conlleva la utilización de un mayor número de agentes para su vigilancia. Fuentes sindicales del Cuerpo señalaron que este hecho ha incrementado "todavía más" la precariedad de los servicios de seguridad ciudadana en las calles de Zaragoza.