Con el lema la solidaridad fomenta la solidaridad los trabajadores del Operativo de Prevención y Extinción de Incendios y de los Espacios Naturales Protegidos pusieron en marcha a principios del mes de agosto la campaña de donación de sangre Pueblos Vivos en las tres provincias de Aragón. El fin era concienciar a los ciudadanos de los graves problemas de despoblación que sufre la comunidad.

Esta iniciativa solidaria ha tenido como objetivo movilizar a la población de las zonas rurales y a todos los aragoneses que hayan pasado sus vacaciones en los pueblos. Además, desde el operativo han intentado transmitir mediante el gesto más altruista, la donación de sangre, que si se quiere conseguir una sociedad más justa y un desarrollo menos polar, hay que empezar con las aproximaciones más pequeñas.

Así lo manifestó Julio Suárez, portavoz de la Candidatura Independiente de Sarga, colectivo que ha coordinado este proyecto. "Donar sangre no tiene nada que ver con la despoblación o problemas como la fijación de personas en el territorio o el envejecimiento pero, si una sociedad pretende ser más justa, hay que empezar por la solidaridad", justificó.

También recordó que la campaña de donación surgió íntegramente de los trabajadores. "Nosotros la hemos coordinado y gestionado. Han tenido todo nuestro apoyo. Creemos que es un ejercicio solidario de cara a la sociedad y queremos que la gente se lo tome en serio". Además, destacó que la iniciativa ha tenido una acogida muy buena en todo el entorno rural porque fomenta la concienciación ante "una triste realidad" y que el año que viene pretenden seguir con el proyecto.

EMPLEO COMO SALIDA "Se pretende donar sangre para intentar sobrevivir a la hemorragia que están sufriendo nuestros pueblos y que los está matando", explicaron desde la candidatura. Saben que este detalle no cambiará la situación a la que se enfrentan día a día en el mundo rural aragonés y entienden que la única forma de hacer frente a la despoblación es la generación de puestos de trabajo en las zonas más afectadas. "No creo que nadie quiera que los pueblos se conviertan únicamente en centros vacacionales. Para evitar esto se debería crear empleo que permita asentar a la población en estas zonas rurales", argumentó Suárez.

Desde el colectivo reconocieron que aunque el Gobierno de Aragón ha aprobado recientemente algunas políticas sociales y demográficas "no son suficientes para hacer frente a los problemas" y que en las reuniones que mantienen con los miembros de la DGA siempre reciben la negativa a nuevas inversiones debido a la situación económica a la que se encuentra el ejecutivo aragonés.

"Entendemos la coyuntura que se presenta, pero dentro de las inversiones que un gobierno tiene que hacer tiene que haber algunas destinadas a la gente. La mayoría de las subvenciones en el ámbito rural proviene de Europa y no debería ser así", lamentó Suárez.