La respuesta solidaria a la crisis del covid-19 en Aragón ha llegado desde todos los frentes. Instituciones, empresas, entidades y sociedad en general se han volcado para hacer frente a la propagación de la pandemia y mitigar sus consecuencias. Arpa es una de estas manos solidarias que se sumó desde el principio a este escenario de urgencia.

Para responder a las necesidades de material de protección para los centros y personal sanitarios, esta empresa aragonesa especializada en equipos móviles de campaña está dedicando gran parte de sus esfuerzos a la elaboración de mascarillas de forma manual. Hasta el momento, Arpa ha fabricado 37.500 unidades y el reto es alcanzar las 50.000 mascarillas.

El proceso comienza con el despliegue del material sobre las grandes mesas de corte en el área de confección de Arpa. Allí se saca su máximo aprovechamiento a través de una plantilla informática y se realiza el corte de las diferentes piezas que la componen. De los distintos rollos de goma se preparan las dos longitudes adecuadas para que la mascarilla se adapte de la mejor manera a la nariz, boca y barbilla.

«Vamos agrupando los diferentes elementos que formarán el conjunto para poder repartir a cada uno de los doce puestos que hemos habilitado en la fábrica. A partir de ahí el buen hacer de nuestro equipo de confección, junto a los trabajadores contratados para tal fin, y la inestimable disponibilidad de voluntarios, familiares y amigos, han hecho posible la confección manual de 37.500 mascarillas en un tiempo récord», indica el coordinador del proyecto, Fernando Peitivi. A continuación, filtros y mascarillas se embolsan y se reparten por los hospitales, residencias, centros de salud, Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estados y otras asociaciones.

Todo ello requiere una labor de colaboración y cooperación ante una situación muy complicada. La actividad es frenética en la planta de Arpa y en los hogares de los voluntarios. «El trabajo de coordinación es relativamente sencillo, porque la gestión de situaciones críticas es nuestro fuerte. Pero lo más útil ha sido contar con compañeros que con sus propios vehículos después de trabajar o el fin de semana han ido a recoger a los domicilios las bolsas con el material terminado que, anteriormente, ya les habían dejado». Peitivi destaca la coordinación de Atades y Nadie sin proteger (Asociacion Estelar) que, con sus grupos y equipos, «han facilitado un éxito del que hoy estamos especialmente orgullosos».

Mascarillas de algodón

Los tejidos utilizados son de algodón cien por cien y de altos gramajes, lo que permite su lavado y desinfección con sistemas domésticos. El material procede de los excedentes de fabricación que disponía Arpa en sus almacenes y de la donación realizada por instituciones y particulares. «Esta mascarilla ha sido realizada con algodón cien por cien y puede reutilizarse tras su uso, después de un correcto lavado con agua caliente y jabón. Al tratarse de una situación de emergencia, ni mascarilla ni filtro han podido ser testados en laboratorio, pero se han realizado siguiendo las recomendaciones del Servicio Aragonés de Salud», valora Peitivi.

Para su fabricación, Arpa ha contado con la colaboración de diversas empresas. Mann Hummel aporta los filtros tipo 9 para las mascarillas, Matachana suministra las bolsas de envasado individual y Atades y Nadie sin proteger facilitan las tareas a través de sus voluntarios. En todo este entramado solidario, Peitivi no se olvida de «todos los familiares, amigos, conocidos y anónimos», así como todo el personal de Arpa, «que se han desvivido por hacer real un casi imposible», y las facilidades de la dirección en «la consecución de esta iniciativa», admite.

En el caso de Atades, durante la primera semana, 34 voluntarios cosieron por turnos en la fábrica de Arpa y, a partir del 30 de marzo, 15 personas realizan ese trabajo de forma continua en sus casas. «Esta ayuda comenzó en un momento crucial con el recrudecimiento del coronavirus. Arpa fletó los primeros días un autobús para que pudieran desplazarse hasta sus instalaciones. Estamos participando con un grupo humano heterogéneo, formado por personas con experiencia en costura y voluntarios de nuestros centros», indica José Ramón Roldán, director de proyectos y servicios de Atades.

El 85% del voluntariado tiene entre los 50 y 70 años y el 15% restante se encuentra entre los 30 y 39 años. Por ello, esta acción solidaria ha permitido que las personas mayores, uno de los colectivos más vulnerables, puedan colaborar y, al mismo tiempo, evitar salir de sus domicilios. «Para ellos ha supuesto sentirse útiles y ayudar a una buena causa», reconoce.

Para dar respuesta a esta acción solidaria, Atades acudió a su voluntariado pero también comenzó la captación de más personal que quiso colaborar. «Hay personas que están participando y se van a incorporar a nuestra base de datos. La idea es que este voluntariado puntual y específico surgido a raíz de esta crisis sanitaria se mantenga y participe en futuros programas», apunta Roldán.

Mascarillas con filtro tipo FFP1, como las que Arpa fabrica en La Muela, se repartirán gratuitamente el próximo 9 de mayo con la edición de EL PERIÓDICO DE ARAGÓN.