El matadero municipal de Jaca, que desde el lunes se encuentra cerrado de manera cautelar por no cumplir las condiciones sanitarias exigidas para el sacrificio de reses y consumo humano, lleva siete años funcionando sin homologación sanitaria. Desde 1997, este servicio, que no es la primera vez que se encuentra en esta situación, ha carecido de la licencia que otorga el departamento de Sanidad del Gobierno de Aragón, debido a las constantes infracciones que los inspectores han detectado en el inmueble y que impiden que el servicio cumpla las normativas vigentes.

El ayuntamiento jaqués está a la espera de recibir la resolución definitiva de Sanidad para presentar alegaciones, "si ello es posible", apuntó el concejal delegado del matadero, Juan David Vila, que reconoce que "es cierto que desde 1997 no hay homologación de sanidad, quizás debido al desconocimiento".

Mientras, el equipo de Gobierno está informando de la situación y de los motivos que han llevado al nuevo cierre, tanto a la junta de portavoces, órgano con el que se reunió el lunes, como a los carniceros, cooperativas y sindicatos ganaderos de la localidad y la comarca de La Jacetania, con los que tenía previsto mantener una reunión anoche.

LOS VECINOS El concejal delegado del servicio explicó que lo que más "preocupa" es la salud de los vecinos, y señaló que "el principal problema reside en la estructura del inmueble, ya que entre las exigencias que se nos requiere para adaptarnos a la normativa se encuentra el de ampliar las instalaciones". Sin embargo, el concejal recordó que se trata de un edificio "catalogado y no se puede modificar la estructura, por lo que la solución es compleja".

De momento y hasta que llegue la resolución, el consistorio no se ha planteado ninguna alternativa para llevar a cabo los sacrificios mientras la instalación esté afectada por el cierre cautelar. "Esperamos que la dinámica diaria nos dé una salida, bien con el matadero de Sabiñánigo, como ya se hizo anteriormente, o con el de Binéfar", dice Vila.

NUEVO EDIFICIO Y más a largo plazo, si Sanidad decreta el cierre definitivo, tal y como augura CHA que sucederá, la solución podría pasar, según Juan David Vila, "por la creación de un nuevo inmueble que diera servicio a La Jacetania y Alto Gállego".

Esa idea se analizó en un estudio de viabilidad que encargó la comarca jacetana hace tres años. Las conclusiones del mismo, que se dieron a conocer hace escasos meses, fueron que era necesario incrementar considerablemente el número de sacrificios que se lleva a cabo en ambos territorios. Por ello Vila respalda esta idea, "siempre que se den las condiciones de garantías mínimas de viabilidad". Si no, añade, "existen en la provincia de instalaciones suficientes para llevar a cabo el servicio".