POR

ADRIANA OLIVEROS

La comida de las matronas es ya un clásico. Porque de bien nacido es ser agradecido. Y de ambas cosas saben estas mujeres un rato. La cita, en honor a su patrona, fue como siempre en el Meliá Zaragoza. Con un centenar de invitadas, buena gana y mejor humor. Allí acudió el presidente del Colegio de Enfermería, Juan José Porcar, la vocal de las matronas, Blanca Jiménez Alcántara, y otros miembros de la junta (José Javier Pérez, Belén Val Lechuz, José Luis Bancalero, Ana Carmen Longares, María del Carmen Gracia Cirugeda...). Y también los invitados especiales que adornan cada año la jornada y que esta vez fueron el ya asiduo director de la Escuela de Ciencias de la Salud, Luis Bernués, y la directora de Enfermería del Clínico, Teresa Antoñanzas. Después de toda una jornada de actos más serios (entre ponencias y una misa), las croquetas fueron las reinas del aperitivo y de ellas dieron cuenta el enorme grupo de jubiladas. De las recientes, como Maribel Fernández y Pilar Domínguez, y de las antiguas, como Pilar Mateo. Más tímidas, desembarcaban en la comida cinco alumnas de la Unidad Docente de Matronas que era una reivindicación para Zaragoza y que por fin se ha estrenado este año. Irene Campos Tron, Victoria Carreras, Ana Laviña Castán, Noelia Bruil y Pilar Sánchez Molina formaban ese quinteto de pupilas del que todos presumían. El presidente del colegio, su tutora en el Servet, Sofía Gotor... Y eso que aún faltaban por llegar dos de sus profesoras, Benita Alonso y María Angeles Sánchez, que también asistieron como clá . Y la nueva unidad docente apareció también en el discurso de Blanca Jiménez, en los corrillos, las conversaciones, las fotos y demás.