Avance, mejora, calidad y ahorro. El tratamiento de insuficiencia renal en Aragón tiene desde hace unos días en el hospital Miguel Servet de Zaragoza su mejor espacio para controlar a sus pacientes, ya que el centro ha puesto en marcha las nuevas instalaciones de la Unidad de Diálisis Peritoneal y de la consulta de enfermedad crónica renal avanzada (ERCA).

El nuevo modelo de gestión del centro tiene como protagonista al propio usuario, que pasa a ser un sujeto activo a la hora de tomar decisiones. "Los pacientes deben elegir con libertad la mejor opción de tratamiento, siendo plenamente asesorados y respetando sus intereses y el estilo de vida que quieren llevar. Hasta ahora era decisión del médico y no había autonomía", explicó el jefe de servicio de Nefrología del Hospital Universitario Miguel Servet (HUMS), Alberto Sanjuán Hernández-Franch.

La evolución en el tratamiento renal sustitutivo abre un abanico de posibilidades que incluye la hemodiálisis hospitalaria, la diálisis peritoneal en domicilio y el trasplante renal de donante vivo. Ante este escenario terapéutico, el enfermo debe conocer qué se ajusta más a sus posibilidades vitales, escoger y comprometerse con su opción. "Los planteamientos no son los mismos en una persona de 45 años que en una de 75, pero el nuevo modelo cambia para todos", señaló Sanjuán.

Porcentaje de usuarios

Actualmente, entre el 25% y 30% de los pacientes que inicia el tratamiento renal sustitutivo en el hospital Miguel Servet lo hace mediante la diálisis peritoneal, superando la media nacional estimada en un 16%.

El incremento de la técnica ha hecho necesaria la ampliación y adecuación de las instalaciones del centro zaragozano, que cuentan ahora con una consulta de enfermería, una consulta médica, un almacén y dos boxes con el material específico. "Con este cambio ganamos todos. El paciente, porque será mejor tratado y mejora su calidad. Y el hospital, porque mantiene su buena línea de trabajo y, además, ahorra costes", indicó Sanjuán.

La insuficiencia afecta a un 8% de la población, porcentaje que se eleva al 20% por encima de los 60 años, si bien solo una pequeño número de los afectados sufre un cuadro más avanzado.

Desde el punto de vista sanitario, la diálisis domiciliaria añade calidad de vida al paciente, favorece la independencia de los usuario más jóvenes alterando lo menos posible su estilo de vida y permite un mejor cuidado del paciente anciano sin desplazarlo de su entorno habitual.

Por lo que se refiere a los aspectos económicos, supone una menor necesidad de transporte especializado, de infraestructuras y de personal, así como un ahorro en el coste del tratamiento que puede estimarse en 12.000 euros por paciente y año. Este personal y recursos podrán destinarse a las necesidades de otros procesos.