Las incidencias documentadas en la red automática de calidad de la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) en 2017 han estado relacionadas en su mayoría con episodios de lluvia, por aumentos bruscos de caudal, en ocasiones por problemas en alguna Estación Depuradora o vertidos puntuales y en algunos casos por bajo caudal.

Así lo señala el organismo de Cuenca en el informe anual de la red SAICA (Sistema Automático de Información de Calidad de las Aguas) que ha analizado más de 9,2 millones de registros de 30 estaciones (quince de la CHE, seis que componen la Red de Indicadores Ambientales del Delta del Ebro (RIADE), también de la Confederación, y nueve externas (siete del Gobierno de Navarra, uno de la ACA y uno de PEUSA).

A través de esas estaciones se han detectado 106 alertas de calidad, un gran porcentaje por incremento de amonio tras episodios de lluvias y el alivio de caudales no adecuadamente depurados o por bajadas de oxígeno debido a bajos caudales por la situación de sequía vivida en gran parte de la cuenca el pasado año hidrológico, informa la CHE en una nota de prensa.

La red SAICA permite detectar alteraciones puntuales y complementa al resto de redes de calidad, destinadas al control general del estado de las masas de agua o a seguimientos más específicos.

Sus estaciones miden parámetros considerados como indicadores generales de contaminación: pH, temperatura del agua, conductividad, oxígeno disuelto, turbidez y amonio total, así como el nivel del agua y en algunas estaciones se han incorporado medidores de potencial redox, nitratos, materia orgánica, fosfatos o mercurio.

Todas las estaciones disponen de un autómata que mantiene en reserva muestras de agua de los últimos dos días para realizar, si fuera necesario, un posterior análisis más extenso en el laboratorio.

Las incidencias del pasado año se han detectado en el río Arga en Echauri, con diecisiete incidencias por picos de amonio y/o de conductividad; en el Zadorra en Arce, con dieciséis por aumento de la concentración de amonio y/o fosfatos; en el Ega en Arínzano, con veintitrés por aumento de amonio y descenso de oxígeno disuelto y en el Ebro en Pina, con diecinueve.

Destaca para comprender la acción de esta red su participación en la incidencia que se produjo en el río Cinca, aguas abajo de Monzón, el 16 de noviembre, debido a un importante aumento de amonio y que coincidió en el tiempo con la aparición de varias decenas de peces muertos en un brazo del río Cinca.

El resto de las redes que tiene el Organismo para el seguimiento del estado y calidad de las masas de agua funcionan con muestreos periódicos y no en tiempo real.

En concreto, se trabaja con las redes de Control de Vigilancia, Control Operativo y de Referencia, Red de Control de Sustancias Peligrosas (muestreo aguas abajo de los focos de emisión con autorización de vertido); Red de Control de Plaguicidas (en tramos que recogen las aguas de escorrentías agrícolas); Red de Control de Zonas Protegidas (abastecimiento, zonas piscícolas, zonas sensibles y vulnerables).

En lo que se refiere a las aguas subterráneas también existen diversas redes que suponen casi 1.000 puntos de muestreo.

Además, la Guardería Fluvial de la Confederación cuenta con equipos de electroquímica general que permiten controlar en cualquier punto, la temperatura, el pH, la conductividad y el oxígeno.