¿La coordinación en el Gobierno de Aragón es buena? Ahora están saltando por los aires muchas alianzas.

Todo el mundo al inicio de la legislatura auguraba un corto recorrido a este Gobierno inédito de cuatro fuerzas políticas. Pero todas ellas han dejado atrás las diferencias y han apostado por los intereses comunes. Somos capaces de establecer un marco común. Ahora en este escenario político convulso los pactos se ven como una cosa rara. En este tiempo hemos sido capaces de liderar una estrategia de recuperación y de presentar y aprobar el mayor presupuesto de la Historia, sumando a dos fuerzas más a ese acuerdo.

¿Esta unidad es a costa de que la figura del presidente Javier Lambán se imponga sobre el conjunto de los consejeros?

Ese es un apriorismo que hace usted. No lo comparto en la medida de que Javier Lambán es el presidente del Gobierno. Si hacemos historia, los aragoneses recordarán poco los nombres de las personas que formaron los consejos de Gobierno de Luisa Fernanda Rudi o de Marcelino Iglesias. El presidente tiene un liderazgo per se y ha sabido canalizar las inquietudes de los aragoneses. El liderazgo personal que todo presidente debe tener lo representa a las mil maravillas. Pero eso no es un demérito del resto de partidos que forman el Ejecutivo.

¿Los pactos se han cerrado por una cuestión ideológica o por una cuestión de supervivencia en algunas de las formaciones?

Los pactos buscan mejorar la vida de los aragoneses, mejorar los servicios públicos, crear oportunidades de empleo. Potenciar las posibilidades de nuestra tierra.

Algunos ejemplos: en el caso de la concertada Podemos hace dos años decían otra cosa. O con la ampliación de estaciones de esquí en el caso de CHA. O las diferencias en política hidráulica...

Insisto en que existe responsabilidad y compromiso. La pasada legislatura se pudo pagar a los profesores de la concertada porque Podemos aprobó una iniciativa que el PP rechazó. Es raro que en un mundo de conflicto permanente existan cosas maravillosas que pasan en esta tierra que a veces los aragoneses no nos creemos. Se está primando el compromiso por encima de las diferencias. Las tensiones se dirimen dentro del Consejo de Gobierno.

¿Se contempla una integración de Ciudadanos en el Gobierno de Aragón?

Creo que Lambán ha sido muy claro desde el principio. Este cuatripartito nació fuerte y adversidades como la pandemia lo han reforzado. Ahora estamos caminando hacia la recuperación económica. Esas son las prioridades. Y cuando las cosas funcionan no creo que se tengan que cambiar.

¿Cómo ve lo que ha pasado con Cs en otras comunidades?

A veces miramos mucho a los polos en los que hay más ruido, como Madrid o Barcelona. Es una lástima que las cosas buenas que pasan en Aragón no sean noticia y se centre la mirada en el conflicto. Lo que pase en Murcia o Madrid, más allá del interés general que tenga como ciudadana, no preocupa más allá de Murcia o Madrid. A mí me interesa lo que pasa en Aragón. Tenemos que celebrar el esfuerzo colectivo en aras del bien común.

Dejando de lado su papel institucional y yendo a su posición orgánica en el PSOE aragonés, se avecinan meses de congresos. ¿Cree que podría haber varias candidaturas para dirigir el partido?

No lo creo. ¿Por qué habría de haberlas?

¿No está el partido aún pensando en sus procesos internos?

No veo razones objetivas en absoluto. Creo que el partido es un medio y no un fin. Me afilié con esa idea. Es muy evidente con el Gobierno de Javier Lambán de que esto es así.

¿Cómo ve el auge de la ultraderecha?

Me parece dramático que la ultraderecha tenga ese espacio y que mensajes trasnochados y superados tengan el cauce, legítimo, en las instituciones. Nos encontramos ante planteamientos populistas, alejados de la realidad, que pueden poner en jaque el sistema que llevamos tantos años construyendo. A mí me preocupa muchísimo y debemos hacer una reflexión conjunta.

¿Cree que podría llegar a ser el partido hegemónico de la derecha?

Me quedo con que me preocupa mucho.

¿Cree que Teruel Existe se presentará a las elecciones autonómicas? Esta posibilidad incomoda especialmente al PSOE y al PAR...

¿Solo al PSOE y al PAR?

Principalmente...

Yo dejaré de ser consejera, pero nunca dejaré de ser de Teruel. No soy más de Teruel que nadie, pero menos tampoco. Me preocupa el fenómeno, el que vayamos a la defensa sectorial o territorial. Con las reivindicaciones sobre las pensiones, quién dice que un día puede haber un partido político que se presente solo para defender eso. Me preocupa la fragmentación como fenómeno y partidos que reivindiquen solo lo territorial, sin pensar en los intereses comunes. Pero insisto, no ayudan actitudes como las de la presidenta de Madrid; hay vida más allá de Madrid o Barcelona, y hay un centralismo madrileño y catalán, fuente de conflicto permanente, que reduce la política a lo suyo. Eso es un caldo de cultivo para movimientos territoriales o locales. Insisto, me preocupa el fenómeno, no lo que le puede quitar a un partido o a otro. Teruel Existe surge con una serie de reivindicaciones justas tanto a nivel autonómico como nacional. Creo que siguen vigentes algunas de estas reivindicaciones a nivel nacional, aunque desde que gobierna Sánchez ha habido grandes impulsos en comunicaciones.

¿Espera recomponer las relaciones institucionales con el próximo Gobierno catalán? En los últimos años ninguno de los dos Ejecutivos han hecho por entenderse...

Me parece injusto que se diga que Aragón y Cataluña hemos hecho poco por entendernos. Creo que Cataluña no ha hecho nada por entenderse con el conjunto del país.

Tampoco han ayudado ciertas declaraciones desde Aragón para recomponer esos puentes...

Nosotros hemos tendido puentes. Por poner algunos ejemplos, hicimos una exposición llamada Dicen que hay tierras al este que buscaba puntos en común, tuvimos la oportunidad de traer los bienes a través de un acuerdo político que frustró ERC y que el pobre Santi Vila, gran persona y político cuyo perfil debería existir más en Cataluña y en el resto de España y me apena mucho lo que está sufriendo por el Ayuntamiento de Villanueva de Sijena porque fue el único político catalán que cumplió y trajo los bienes. Intentamos, Lambán se reunió con Puigdemont, yo con Santi Vila...

No solo está el conflicto provocado por los bienes de Sijena o el arte de Barbastro-Monzón...

Por supuesto, nos unen muchos lazos, pero insisto, Cataluña no ha puesto nada de su parte para entenderse con España y las comunidades vecinas y me temo que hemos vuelto a perder otra magnífica oportunidad de configurar un Gobierno que defienda los intereses catalanes pero se sienta parte de un proyecto común.

Entonces Aragón, aparte de los bienes y la exposición en Zaragoza, ¿cree que sí lo ha intentado?

Jamás hemos provocado situaciones conflictivas. Hemos sufrido un desprecio y unas humillaciones importantes por parte del Gobierno catalán y las instituciones por los bienes, y cuando tienes una afrenta...

«Todavía queda recorrido para la esperada normalidad»

¿Estamos entrando en la nueva normalidad?

Ojalá, pero todavía queda recorrido. Es evidente que las cifras se van moderando, pero hasta que no lleguemos a la inmunidad absoluta no podemos relajarnos. Es verdad que el ritmo de vacunación va muy bien, pero necesitamos más dosis. Vamos camino de esa nueva normalidad tan esperada, pero todavía no lo estamos. La prudencia debe primar.

La consejera de Sanidad ha dicho que la tercera semana de agosto posiblemente el 70% de los aragoneses estaría vacunado...

Eso es lo que se busca, lograr la inmunidad de rebaño, que proteja a los más vulnerables y blinde el sistema sanitario. Habrá cosas que esta pandemia nos ha enseñado y se queden en nuestro día a día. Con todo, ese 70% dibuja un escenario de normalidad.

¿Qué errores han cometido durante la gestión de la pandemia?

Errores se cometen, por no conocer a los que nos enfrentábamos. Merece la pena que se haga una evaluación, pero la necesidad de respuesta rápida no permite a veces esas evaluaciones que se exigen en cualquier toma de decisiones. En los casos en los que ha habido errores se ha intentado corregir y tendremos que valorar los impactos que tuvieron las medidas que tomamos. Serán errores compartidos, porque muchos gobiernos hemos tomado las mismas decisiones. Aquí no ha habido política, ha habido interés en acabar con la pandemia y con evidencias científicas se han tomado las decisiones que se creían más oportunas para acabar con ella.

¿Podría concretar qué errores cree que se han cometido?

No hablo de nada en concreto. Habrá que verlo. Quizá no fue justo someter a las poblaciones pequeñas a las mismas medidas que las grandes, pero se hizo al principio al pensar que era mejor tomar las decisiones igual para todos… Pero insisto, no ha habido política de por medio. Si alguien entiende que ha habido política nos habríamos pegado tiros en el pie.

Pero muchas veces sí ha parecido que había política por medio...

¿Sí?

Cada presidente defendía su propuesta, ha habido quien ha echado pulsos, partidos que han aprovechado la pandemia para atacar al adversario... ¿No?

Yo no lo veo. Creo que las ruedas de prensa que se hacían tras las interterritoriales eran para dar la cara y eso no es partidista. Hay que diferenciar la gestión de los intereses partidistas. Es uno de los errores que se dan en política, que parece que las instituciones sean del partido que las preside. No tiene que ser así. Lo tengo claro.

¿Cuándo sabremos algo más sobre el reparto de los fondos europeos y los proyectos que se están preparando?

Tenemos relación directa con la oficina económica de Moncloa y siempre nos insisten que estamos en el tercer mes del año uno de un plan a seis años. No hay que precipitarse, tenemos que plantearnos un escenario en el que más de 70.000 millones de euros se van a distribuir en tres años. Ahí están haciendo distintas iniciativas desde el Gobierno de España para ver el ecosistema de cada uno de los sectores. Los ministerios nos van explicando sus intenciones. El Gobierno de España tiene que presentar su plan a Bruselas el 30 de abril. Entiendo que antes del verano tendremos las reglas más claras y cómo se gestionarán los planes. Aún hay incertidumbre.

¿Puede avanzar algo de los proyectos que conoce?

Hay proyectos importantísimos. Hemos intentado ordenar y canalizarlos todos. Son de una potencia impresionante, lo que demuestra la eficacia y liderazgo del tejido empresarial de Aragón. Además, han demostrado su fibra moral con su iniciativa Aragón Impulsa a través de la CEOE con la que pusieron 6 millones de euros para material. Son proyectos que tienen que ver con la lucha del cambio climático, las energías renovables, reducir al máximo las emisiones y otros tienen que ver la economía circular y el sector agroalimentario, que eran las líneas que ya había presentado este Gobierno antes de la pandemia.

¿Qué está pasando para que Aragón sea la segunda comunidad con peores datos de desempleo durante la pandemia?

En la Seguridad Social somos de las comunidades que mejor se han comportado, aunque es cierto que coyunturalmente los datos de desempleo no son buenos, sin paliativos. Son proporcionales las restricciones con el aumento del desempleo y cuando se levantan se vuelve a generar de manera muy rápida la contratación. No hay que hacer una foto fija del momento, sino dinámica. Los informes dicen que Aragón se comportará mejor que el conjunto del país. Yo suelo ser muy cauta. Primero hay que acabar con el virus, seguir vacunando, identificar los sectores más afectados, ayudarles y estimularles.

¿Cómo ve las quejas de los sectores más perjudicados?

Empatizo con los sectores que más están sufriendo. Hay dos iniciativas que se van a complementar a las mil maravillas. Desde el Gobierno de Aragón, además de las iniciativas puestas en marcha por 110 millones de euros, se trabaja en una nueva convocatoria para los sectores afectados que se está diseñando con los empresarios y asociaciones afectadas del turismo y los hosteleros para conocer sus necesidades y adaptar la convocatoria de las ayudas. No es fácil, porque hay muchos sectores afectados, como también el comercio o los gimnasios. El anuncio de que habrá por parte del Gobierno de España 7.000 millones de ayuda directa que gestionaremos las comunidades autónomas será un balón de oxígeno que ayudará a empresas que siguen esforzándose cada día y están luchando para salvar sus negocios.