--¿Conoce la provincia de Teruel?

--Sólo a grandes rasgos. Voy a tener que trabajar a fondo para conocer en el mayor tiempo posible todas y cada una de sus particularidades. Admito que hasta ahora sólo puedo hablar de su paisaje, que he visto desde la carretera.

--¿Cuándo tiene previsto realizar el traslado?

--Lo antes posible, aunque la ordenación no sabemos aún cuándo se producirá. Tengo que ponerme en contacto con la diócesis de Teruel, aunque el plazo normal es el de un mes o mes y medio.

--La Santa Sede vuelve a apostar por un sacerdote joven y muy formado para una plaza de obispo, ya sucedió lo mismo hace unos meses en Huesca y Jaca con el nombramiento de monseñor Jesús Sanz Montes. ¿Están cambiado los criterios de selección de la Iglesia?--Creo que se sigue la dinámica normal, aunque eso habría que preguntarlo a la propia Santa Sede.

--¿Hace cuántos días que conocía la noticia de su nombramiento?--Quince

--¿Y qué se siente al no poder decirlo a nadie?--Muchos nervios. Aunque la mayor locura se ha producido ahora, con tantas llamadas y tanto ajetreo.

--¿Ya se ha puesto a disposición de su arzobispo, Elías Yanes?--Aún no he tenido tiempo de hablar con él pero estoy deseando hacerlo para ponerme a su servicio.

--¿Puede señalar alguna de sus próximas líneas de acción en Teruel?--Me preocupa muchísimo la escasez de vocaciones y vamos a trabajar mucho en ese aspecto. En cuanto a lo demás, tendré que sentarme a escuchar a los sacerdotes que llevan tiempo allí para poder después elaborar en conjunto soluciones a los problemas que vayamos detectando.

--Es consciente de las diferencias que separan actualmente a murcianos y aragoneses con motivo del trasvase. ¿Cómo va a ser el cambio?--Pues... no tengo ni idea. No me había parado a pensar. Dentro de unos meses ya veremos cómo ha ido el cambio. Creo que me adaptaré en unos tres meses.