-Tras muchos meses dando rodeos con los presupuestos, será la Asamblea de Podemos quien tenga la última palabra. ¿No han sido muchos virajes?

-Que la gente vote está en el ADN de nuestra formación. Ante decisiones tan importantes como el presupuesto y después de meses de dificultad y dura negociación con el PSOE, creíamos que era lo más justo y democrático dejar la última palabra en el órgano soberano de nuestra formación.

-¿Por qué les cuesta tanto entenderse con un partido que gobierna con su apoyo?

-El PSOE tiene muchas caras, y la menos amable es la de esa gestora que presiona para que gobierne el PP. Javier Lambán no es el ejemplo de un PSOE regenerado que quiere acercarse a Podemos. Estábamos en un momento de acercamiento, con la firma de los pactos tras el verano y eso se rompe porque Lambán decide dar un golpe de estado interno y apoya un Gobierno del PP. Eso hace imposible cualquier acuerdo.

-Pero, ¿ustedes lo pusieron fácil para que gobernara el PSOE a nivel nacional? Se pudo en marzo y no se logró...

--Creo que todos cometimos errores en ese proceso y es bueno reconocerlo. Había una apuesta por el acuerdo pero no fuimos capaces de explicarnos y el PSOE prefirió pactar con Ciudadanos.

-Han dado por roto cualquier acuerdo con el PSOE en Aragón. ¿Por qué no renuncian entonces a la Presidencia de la Mesa, como les pide CHA?

-Eran acuerdos distintos. El de la presidencia venía tras una crisis institucional por un PSOE que puso de candidato a una persona que no quería dejar las funciones a las que se comprometió. Nosotros elegimos un modelo progresista, y es lo que salió. Ese acuerdo se desligó de la mesa a cuatro. Aquellos que crean que hay que reabrir un debate y generar una crisis institucional en pleno debate de presupuestos me parecen bastante irresponsables.

-¿Cómo se lleva ser la portavoz de un partido que tiene en el mismo espacio una figura carismática como la de Echenique?

-Toda mi corta historia política la he hecho al lado de Pablo Echenique, por lo tanto trabajar con él es un lujo. Es una persona de la que aprendo y tenemos los espacios delimitados. Respetamos nuestra forma de hacer política y se me hace más difícil pensar en trabajar sin él.

--¿Debe decidir ya su futuro? ¿Dónde le ve usted, en Aragón o en Madrid?

-Agradezco a Pablo que haya entendido como hemos entendido los demás que las urgencias no son buenas y que ahora la prioridad para los aragoneses es el presupuesto, y que ahí debíamos poner el esfuerzo de toda la organización. Por tanto, agradezco que nos esté ayudando en este proceso de presupuestos y luego ya quedará un verano en el que trabajemos lo interno. Pablo es indispensable en este partido y su protagonismo a nivel estatal lo convierte en uno de los portavoces fundamentales. Creo que debe seguir ese papel en el Estado.

-¿Se ha adaptado Podemos muy rápido a la política tradicional?

-Le veo una parte positiva, la de normalizarnos porque si la gente nos identifica en los espacios de Gobierno es porque quizá nos ve gobernando. Las dinámicas institucionales son las que son y nos hemos adaptado a ellas, pero debemos seguir estando en la calle.

-La irrupción de Podemos en la política ha acabado con las mareas y la movilización social?

-Las movilizaciones sociales son cíclicas, con sus momentos de inspiración y expiración, como una respiración natural. Hay momentos de mayor auge y otros que se canalizan en formas políticas que deben devolver oxígeno para recuperar la movilización.

-¿Será posible que la izquierda se encuentre?

-Hay agentes con los que tenemos la obligación de entendernos por responsabilidad política, pero sería un error aceptar la lógica de la izquierda y jugar solo a un lado del tablero. Vinimos a cambiarlo todo, y también esa lógica de izquierda-derecha que tanto daño ha hecho a este país.

-¿Por los de arriba y abajo?

-Sí, por el 99% de la gente normal que ha sufrido la crisis.

-¿Podemos sale fortalecido de Vistalegre II?

--Los procesos democráticos como las asambleas estatales favorecen a la organización porque explicitan los conflictos que se dan en cualquier organización. Acatamos la mayoría pero con el debate se hace uno más fuerte.

-¿Cómo queda el sector errejonista, en el que usted se integra?

-Cada corriente enriquece al partido y creemos que así debe ser. En Aragón no tenemos ningún problema con eso. Trabajar con un portavoz adjunto que se define anticapitalista a mí no me genera ningún problema, al revés, me ayuda a poner los pies en la tierra algunas veces. Yo a él le puedo ayudar con algunas cuestiones de discurso que facilitan que se nos entienda.

-¿Siguen sin fiarse del PSOE? Hay leyes notables que debatir...

--El PSOE no ha contado toda la información que tiene. Me da mucho miedo poner la mano en el fuego por el partido socialista. Por ejemplo, con la ley de renta básica, no nos gusta a ningún partido. El PSOE está solo. Nadie está dipuesto a aprobar una miseria social cuando deberíamos aprobar derechos.

-¿Cómo se despojan de esa fama del «no a todo»?

-Forma parte de una politización del 15M, que quería impugnar el modelo, pero como partido tenemos que demostrar a la gente que sabemos hacerlo bien y sobre todo distinto. Pasa por asumir la fuerza que tenemos en el parlamento y junto a la calle y los movimientos sociales introducir nuevos debates y llegar a acuerdos. Quizá en ello te dejes cosas que crees importantes, pero esa es la fuerza de entrar en las instituciones y el reto de un partido que ha venido para quedarse.