Un médico internista residente (MIR) es, desde ayer, la persona elegida para hacerse cargo del Servicio de Otorrinolaringología del hospital Obispo Polanco de Teruel, que se había quedado vacío en sus tres plazas de plantilla. El facultativo, que acude al centro para realizar una rotación, está terminando actualmente su formación en el periodo final de su residencia y la intención del Salud es que, una vez que la finalice, se pueda quedar en el centro hospitalario turolense.

El Departamento de Sanidad de la DGA no ha conseguido en los últimos meses revertir la situación de Otorrinolaringología, donde dos de sus especialistas se marcharon a finales de enero, y la que era jefa de servicio, Teresa Lahoz, está de baja desde el 31 de enero.

Las consultas, tal y como confirmaron fuentes del Salud, se están ofreciendo desde entonces con un servicio alternativo a través de un otorrino de la sanidad privada, en Teruel, que está atendiendo a los pacientes tras concertarse con él esta fórmula. Este sanitario está pasando consultas y, además, cubre guardias entre semana.

En teoría, la llegada del otorrino residente pondrá fin a este vinculo con el profesional de la privada, aunque el Salud seguirá manteniendo los desplazamientos de especialistas desde Zaragoza durante los fines de semana (de viernes a domingo) para cubrir las urgencias y las guardias.

Una sola persona en plantilla de las tres disponibles es «insuficiente» para un servicio de un hospital, tal y como señalaron ayer a este diario trabajadores del Polanco. «Ojalá esté a gusto y valoré quedarse con nosotros, pero ya sabemos a lo que nos arriesgamos», indicaron. Además, alertaron de que la presencia de tan pocos otorrinos para atender la demanda que registra el área «va a repercutir» en las listas de espera, tanto en las primeras citas como en aquellos que están pendientes de recibir resultados.

La DGA sigue sin encontrar la fórmula para cubrir estos puestos y el hospital funciona muchos días «a medio gas» ante la situación de las plantillas.

REUMATOLOGÍA

Por otro lado, la consulta de Reumatología del Obispo Polanco sigue cerrada tras la marcha, hace dos semanas, de la única facultativa que había y que estaba cubriendo una baja. Su renuncia al puesto se produjo solo un mes después de llegar.

Profesionales del hospital y sindicatos aseguran que «como mínimo» cada especialidad debería tener a dos facultativos, con jornadas completa. Sin embargo, muchos de los sanitarios que están en el Obispo Polanco cubren medias jornadas y la situación se desborda a la hora de realizar las guardias y las horas de urgencias.

De momento, el Salud no ha encontrado una persona para cubrir la consulta, que sigue cerrada. Los pacientes tienen que ser atendidos por especialistas en Medicina Interna o bien ser derivados a Zaragoza, según su situación.