La Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) ha iniciado las obras de construcción de uno de los proyectos hidráulicos más demandados por los agricultores aragoneses y que más polémica ha generado en las últimas décadas. Se trata del embalse de Almudévar, un proyecto presupuestado en 102,2 millones de euros destinado a almacenar aguas del río Gállego para abastecer a los regadíos de Riegos del Alto Aragón.

Según informó ayer el Ministerio de Agricultura, Pesca, Alimentación y Medio Ambiente (MAPAMA), esta semana han comenzado los trabajos topográficos previos, y en fechas próximas se iniciará el acondicionamiento de los accesos a la zona donde se ubicará el embalse. De esta forma se pone en marcha la construcción de una infraestructura reivindicada por la Comunidad General de Riegos del Alto Aragón para garantizar el desarrollo de nuevos proyectos de regadío y asociada a la ejecución del embalse de Biscarrués, en el cauce del Gállego.

EXCEDENTES DE REGULACIÓN

El embalse de Almudévar, que tendrá una capacidad para almacenar 169,71 hectómetros cúbicos de agua, permitirá almacenar los caudales procedentes del Gállego que superen la capacidad del embalse de La Sotonera y los excedentes de la regulación del Cinca, en los momentos de máxima aportación de estos ríos, según se indica en el proyecto definitivo, después de un largo historial de negociaciones e incluso paralizaciones judiciales por la redacción de impacto ambiental.

Los caudales almacenados se pondrán a disposición de Riegos del Alto Aragón en los momentos de escasez, lo que permitirá mejorar la actual situación de déficit del sistema. La obra, que afectará a los términos municipales de Huesca, Vicién, Almudévar,Tardienta y Sangarrén, prevé la construcción dos presas (diques) de materiales sueltos que cerrarán una amplia vaguada natural. Además, el proyecto contempla la construcción de una estación de bombeo, una subestación eléctrica y la reposición de los caminos afectados.

OPOSICIÓN VECINAL

El embalse de Almudévar forma parte de un proyecto combinado con Biscarrués, que tiene como principal objetivo regular caudales para Riegos del Alto Aragón, así como laminar las avenidas del río Gállego.

Este embalse ha sufrido diversos avatares desde que se proyectó. Ha habido diversos modificados y también paralizaciones debido a que vulneraba la normativa medioambiental. Finalmente, el ministerio optó por construir dos embalses en lugar de uno y reducir su capacidad máxima, intentando así minimizar las afecciones. Mientras los regantes han reivindicado largamente este pantano para tener más agua de riego y también tener capacidad de producción eléctrica, los habitantes de la zona, la Galliguera, han mostrado siempre una férrea oposición, al considerar que el embalse lastra su medio de vida.