A un paso del comienzo de las vacaciones de verano, el sector turístico aragonés confía en que los próximos meses de julio y agosto registren un incremento de actividad como consecuencia de la leve mejoría que está experimentando la situación económica.

En el Pirineo, la zona de Aragón con más movimiento turístico, todavía no existen previsiones de ocupación, dado que hace años que existe una tendencia generalizada a realizar las reservas con muy poca antelación. Sin embargo, en el caso del valle de Benasque ya se sabe que el mes de julio y la primera semana de agosto serán "bastante buenos", según José María Ciria, que es miembro de la asociación turística local.

La razón estriba en que ese valle pirenaico, "el más alpino de Aragón", organiza numerosas actividades deportivas y lúdicas, entre ellas un afamado campeonato internacional de ajedrez y una carrera de montaña que atrae a numerosos deportistas.

Con todo, como es habitual, en el resto de los valles pirenaicos el verano empezará de forma lenta. La primera quincena de julio solo habrá mucho movimiento durante los fines de semana con la llegada masiva de zaragozanos, vascos y navarros.

"Pese a las vacaciones escolares, en julio no hay una ocupación muy alta", explica Pedro Marco, responsable de la Asociación de Empresarios de la Jacetania, quien apunta que, mientras llega la temporada alta, una serie de pruebas deportivas y acontecimientos culturales generan cierto movimiento de grupos organizados en el valle del Aragón.

MENOS CONTENCIÓN

Marco cree que las últimas encuestas de ocupación hotelera invitan a ser un poco optimistas sobre el comportamiento del verano. "En mayo, en el conjunto de la provincia de Huesca, se registró un índice de ocupación entre el 26% y el 27%, que es bajo pero al menos supone un aumento respecto al mismo periodo de años anteriores".

Lorena Sánchez, directora de la Asociación Turística del Valle de Tena, sostiene que si el verano es tan caluroso como se anuncia, "el Pirineo se beneficiará", dado que los destinos de montaña se volverán atractivos para muchos clientes potenciales.

Además, Sánchez piensa que el leve repunte de la economía española desde que empezó el 2015 se traduce ya en que "los visitantes se contienen un poco menos" a la hora de reservar habitaciones y comer en restaurantes. "Hay algo más de alegría, pero aún se tardará en volver a los niveles de consumo anteriores a la crisis económica", advierte.

El mes de julio, que no es el preferido por los españoles para irse de vacaciones, es muy apreciado sin embargo por el turismo extranjero. Viajeros del resto de Europa e incluso de países tan lejanos como Estados Unidos, Australia e Israel, recorren el Pirineo en coche visitando sus monumentos naturales. Muchos de ellos son aficionados a los deportes de aventura, desde el montañismo al descenso de barrancos, pero otros buscan paisajes, pueblos perdidos y la gastronomía propia de la zona.

José María Ciria subraya que el turismo venido de fuera de las fronteras abre muchas posibilidades al Pirineo aragonés e incluso al resto de la comunidad. "El hecho de que se alojen en los valles no impide que vayan a conocer destinos situados en otras comarcas más al sur". explica.

MÁS ESFUERZO

Este hotelero del valle de Benasque sostiene que las distintas administraciones deben hacer un esfuerzo mayor para captar visitantes del resto de Europa y de otros continentes. "Se trata de contactar con touroperadores y desarrollar una labor de promoción que, aunque es lenta, al final siempre acaba dando sus frutos", afirma Ciria.

El visitante extranjero del Pirineo procede mayoritariamente de Francia, pero hace ya muchos años que belgas y holandeses frecuentan los valles menos explotados en busca de un contacto más cercano con la naturaleza. "Hay que trabajar mucho este tipo de turismo", insiste Ciria, que ha constatado últimamente la llegada de viajeros procedentes de Austria y Alemania.