Huéspedes y residentes. Con esta doble vertiente transcurre la nueva vida del emblemático edificio de la avenida César Augusto de Zaragoza donde se ubica la cadena hotelera Meliá, que ha culminado la transformación del inmueble desarrollada en los últimos años. Los turistas y visitantes que se alojan en este establecimiento --rebautizado algo más de un año bajo la marca del grupo Innside-- conviven de forma independiente con los habitantes de las 68 viviendas de lujo que ahora acoge el bloque, que ya han sido vendidas en su totalidad.
La mayoría de los pisos fueron entregados hace ya ocho meses (en junio del 2020), pero quedaba por comercializar una decena que recientemente han sido adquiridas. Así lo confirmaron este miércoles fuentes de Castillo Balduz, la empresa aragonesa que se han encargado de la comercialización de la promoción inmobiliaria, denominada Caesar, que ha impulsado el grupo hotelero a través de la sociedad Meliá Zaragoza SL.
Las viviendas de alta categoría se ubican entre la cuarta planta y la décima de este carismático inmueble, diseñado por el arquitecto José de Yarza, mientras que en las tres primeras se concentrarán las 102 habitaciones del hotel, que antes de la reforma contaba con 247. Se ubican en el corazón de la ciudad, en la céntrica avenida César Augusto, arteria que une el centro histórico con la Zaragoza más urbana. La rehabilitación fue proyectada por Ingennus Urban Consulting con un alto nivel de protección ambiental que ha permitido actualizar el edificio manteniendo su singularidad.
Precios aptos para pocos bolsillos
Antes de que finalizaran las obras estaban ya comercializadas la mayor parte de las viviendas, que son de dos y cuatro habitaciones. En concreto, ocho meses antes de la entrega de las llaves—en noviembre del 2019— estaban vendidos 54 de los 68 pisos, cuyos precios no eran aptos para todos los bolsillos.
Los más pequeños, de dos dormitorios y una superficie a partir de 70 metros cuadrados, costaban casi 400.000 euros, mientras que los de cuatro habitaciones oscilaban entre los 650.000 y los 700.000 euros. Por encima de este precio se encontraban los áticos, uno de los cuales supera los 200 metros cuadrados con la terraza.
Las obras de reforma, que sufrieron varios retrasos, comenzaron en enero del 2018 y en total, la cadena ha destinado a todo el proyecto (incluidas las viviendas) cerca de 24 millones de euros. En la azotea del histórico edificio se ha construido una piscina y un bar con una amplia terraza para los clientes, mientras el hotel también cuenta con un gimnasio. Los propietarios de los pisos pueden hacer uso de todos estos servicios mediante el pago de una cuota, aunque ahora no es posible por las restricciones sanitarias de la pandemia.
El reestreno previo a la pandemia
Por su parte, el hotel Innside by Meliá de Zaragoza inició su nueva andadura a finales del 2019, un reestreno que se vio truncado al poco tiempo por el estallido de la crisis sanitaria, que hizo que estuviera cerrado al público durante cuatro meses (de marzo a julio). El establecimiento, que cuenta con un garaje de tres plantas y un restaurante del grupo gastronómico madrileño Lateral, funciona actualmente con normalidad y con todos sus servicios, pero la actividad está condicionada por la pandemia y los protocolos de seguridad que marcan las autoridades sanitarias.
La ocupación en estos momentos ronda entre el 25% y el 30%, según señalaron fuentes de hotel, que confiaron en que la situación del sector se recupere el próximo verano. «Somos optimistas. Creemos que en unos meses vamos a volver a levantar cabeza y tener unos nivel de ocupación dignos para poder trabajar», apuntaron.
Solo queda un cabo por atar en la transformación del edificio, que es el futuro destino del bajo comercial, donde antes se ubicada el restaurante Piccadilly. «Queremos que tenga un uso que aporte valor añadido a la zona», apuntaron desde Meliá. Una de las opciones que se baraja es que se convierta en un centro de trabajo compartido ('coworking'), dando continuar al proyecto La Ronda que estuvo en marcha hace un años.
