El Mercado Central de Zaragoza entra en su etapa decisiva. Los trabajos de remodelación del emblemático edificio avanzan a toda velocidad y cada semana evoluciona de forma notable. Pero en solo un mes van a producirse hitos relevantes tanto en la obra como en el intento del ayuntamiento de colgar el cartel de completo en los puestos que tendrá cuando abra sus puertas a finales del año. La próxima semana comienza el montaje de la cubierta, uno de los elementos que será más reconocibles en el futuro y se prevé licitar por tercera vez los 19 mostradores que siguen vacantes de los 74 que habrá. Unos detallistas que serán fundamentales para dar el toque final a un espacio que ya ha empezado a mostrar el esqueleto metálico donde se alojarán.

El arquitecto de la obra, José Antonio Aranaz, explicó que el montaje de la cubierta se prolongará durante «unos dos meses», en los que hasta tres equipos distintos trabajarán para que todo quede como se dibujó en el proyecto. Una superficie de 3.500 metros cuadrados que tapar con paneles prefabricados tipo sandwich, más de 1.700 unidades de entre 2 y 3 metros cuadrados, con madera de cerezo en el interior, aislamiento de alta densidad en la zona intermedia y un exterior de aluminio con apariencia de zinc.

Así será el techo de un icono del siglo XXI que tendrá en el viento y la posible lluvia sus principales enemigos en el montaje durante estos meses de frío invierno en la capital aragonesa. Las redes de seguridad ya se pueden apreciar colocadas y si no ha empezado antes es porque están por llegar desde los talleres todo el material. Pero avanzará rápido.

En paralelo, los pasillos interiores empiezan a dibujarse en el Mercado Central con la estructura metálica que alojarán los mostradores. Y de forma inminente está previsto comenzar el montaje de las instalaciones, el cableado y tuberías que se colocarán en el techo de la planta sótano. Pero la coordinación con los detallistas es relevante puesto que ellos pueden indicar las necesidades que, por su actividad o preferencias en la futura distribución del espacio que se les ha adjudicado, requieran a la contratista.

Por eso es importante la adjudicación de los 19 que siguen vacantes, a la vez que, ya con la estructura metálica a la vista, quizá sirva de aliciente para atraer más emprendedores o comerciantes interesados.

La licitación no puede ser más abierta. Se mantienen las condiciones de la anterior convocatoria, en la que se abrió a cualquier tipo de actividad (no solo alimentación) y se eliminó el requisito de la experiencia en el sector que echó para atrás, aseguran desde el consistorio, a potenciales interesados. De hecho, tal y como adelantó este diario, la única novedad será la posibilidad de pujar por el doble de espacio como una única concesión. Al doble de precio, eso sí, pero que permitiría un espacio más amplio para detallistas que pudieran estar interesados en la puja. Reduciría el número de puestos pero no habría persianas bajadas al inicio.

También en el plazo de 15 días estará en marcha otro de los elementos más vistosos de la remodelación: la fachada acristalada. El muro cortina, hecho hacer a medida porque la altura varía, está preparado para proceder al montaje «a finales de mes». Porque «cuanto más se puede trabajar en los talleres, más rápida es la ejecución», señaló Aranaz. Y esta fase entronca con los trabajos de albañilería y carpintería que siguen en el interior.

Todo avanza intentando acortar plazos, porque la previsión de terminar «a finales de junio» la obra se ha ido «probablemente a agosto», y la apertura quizá ya no sea para las fiestas del Pilar sino en Navidades. Pero se puede agilizar. Por ejemplo «solapando los últimos remates con la instalación de los detallistas en sus puestos». Aunque ahora lo importante es acabar bien, como para que dure otros 32 años más sin reformas.