Poco a poco el Mercado Central de Zaragoza empieza a tomar forma. El montaje de las paredes de cristal terminará en breve, en principio esta semana, aunque todavía quedarían los accesos.

Este formato cristalino y transparente convertirá a este histórico edificio en una gigantesca caja de cristal donde se podrá ver desde la calle todo lo que sucede en su interior y desde los puestos el trasiego del día a día del centro de la ciudad. Comercialmente será más atractivo porque permitirá a los peatones y turistas ver qué se cuece dentro y, así, motivarles a entrar, aunque no solo sea para comprar pues también habrá gastrobares.

Las obras van a buen ritmo y están cumpliendo los plazos previstos para que pueda estar totalmente operativo en el mes de octubre. La obra civil tiene que estar terminada en junio, para que los detallistas tengan todo el verano para poner a punto sus puestos.

Desde Urbanismo admite que quedará alguno sin adjudicar, pero ya se está pensando en alternativas para que se destinen a actividades de dinamización o de promoción de productos, por ejemplo, de la huerta zaragozana.

En la parte central se ubicarán cuatro bares, que le darán un toque más ocioso al mercado de abastos. Lo que se pretende es crear como una plaza central en el interior del mercado, de manera que habrá dos pasillos perpendiculares y en cada una de las cuatro esquinas de esta intersección una barra de bar. También se van a instalar tres ascensores para que las personas con movilidad reducida puedan acceder la interior.