Ante cerca de doscientas personas y acompañado de la vicealcaldesa y presidenta del distrito, Luisa Broto, el primer edil de Zaragoza, Pedro Santisteve, comenzó ayer, en el centro cívico de Torrero, una serie de encuentros que mantendrá con los vecinos de distintos distritos de la ciudad con el fin de acercarse a sus problemas y conseguir una mayor cercanía con los habitantes. Se trató de una reunión cordial, en la que Santisteve defendió la trayectoria de su corporación y que encontró una buena acogida de los vecinos que, en determinadas ocasiones, aplaudieron sus palabras. En este encuentro también hubo espacio para que los asistentes trasladaran al alcalde sus reivindicaciones.

Rodeado por un improvisado hemiciclo ocupado por residentes -algunos merendando con su café y algo de comer para acompañarlo- se mostró muy cercano con los asistentes y aseguró que él se encuentra «de paso» en la política y que no pretende vivir de ella. Inició esta actividad con un repaso a sus más de dos años de mandato, un periplo en el que su grupo se ha encontrado a un «bipartidismo» que, señaló, no podía consentir que «gente vinculada al movimiento vecinal y asociativo» alcanzara la alcaldía. Este hecho, destacó, ha propiciado que se lo hayan «hecho pagar desde el primer día». «Nos han estado zumbando sin conocimiento», recalcó.

Entre otros asuntos, también destacó Santisteve que su gestión ha sido «acorde con la legalidad» y, para ello, puso como ejemplo causas como la gestión de Ecociudad o el servicio telefónico del 010, en las que la Justicia ha dado la razón al Gobierno municipal.

Tras esta introducción, los vecinos comenzaron el turno de preguntas. La primera en ser contestada fue la que le planteó un niño, Martín, que quiso saber cómo había llegado a ser alcalde. El interrogante hizo gracia a los asistentes, que aplaudieron el desparpajo del chico. Al respecto, Santisteve aseguró que, antes de convertirse en el primer edil, nunca se había planteado tal posibilidad y que, al estar involucrado en el movimiento asociativo vinculado a lo que luego se convirtió en ZeC, se encontró con que le colocaron «en primera fila». No obstante, se mostró «encantado» de su responsabilidad en una ciudad «maravillosa».

Otro vecino, José Luis, en este caso de Parque Venecia, le planteó, entre otras, sus inquietudes sobre movilidad en su zona, afectada por el centro comercial de Puerto Venecia. También pidió que los solares municipales que hay en el barrio encuentren algún uso o que, por lo menos, tengan un buen aspecto.

Uno de los residentes más reivindicativos tuvo como objeto de sus peticiones una mayor contundencia con aquellos que permiten que sus perros ensucien la calle. Los canes también fueron protagonistas de la intervención de otra vecina, que solicitó una zona acotada para que paseen dentro del parque de La Paz.

En este tono, distendido y cercano, propio de una charla con un café cerca, continuó el encuentro, que se repetirá en el futuro en otros barrios, con otras dudas y otras preocupaciones.