El contencioso administrativo interpuesto por la Asociación de Cafés y Bares de Zaragoza contra el ayuntamiento por la ordenanza de veladores pone el foco sobre un interesante debate sobre el valor de ocupar la vía pública y cómo ayudar a la hostelería en tiempos de crisis. Sobre cómo cada Administración lo afronta, ya sea en forma de tasas o de criterios para ordenar el espacio que se le concede en la calle. Analizando la situación en las tres capitales de provincia aragonesas, se evidencian diferencias que escapan al usuario, que solo quiere tomar algo fresco al aire libre o consumir en el único sitio donde le dejan fumar, la calle.

Escuchando a hosteleros y funcionarios municipales, nunca queda claro cuánto ocupan los veladores, una mesa y cuatro sillas. "Depende", responden ambos. Cuando solo hay dos valores objetivos como son las dimensiones de una mesa y una silla que, además, ni siquiera son fijos. Gracias a la imaginación de los dueños de los locales y lo que ofrece un mercado consciente de unas limitaciones normativas que buscan priorizar, obviamente, la comodidad de los peatones.

Pero es cierto que depende. Sobre el terreno, no todos los establecimientos montan terraza con mesas de 70 por 70 centímetros --aunque sean mayoría--, ni que los clientes sentados a una de ellas ocupen cuatro metros cuadrados, a veces es bastante más (sobre todo si son más de cuatro) y otras menos. Así que a la hora de fijar un estándar, a veces la superficie permitida dice más del afán recaudatorio de una Administración (cuantas más mesas deja, más puede ingresar en tasas).

"Más sentido común"

Muchos establecimientos apuntan a un criterio "con más sentido común", que es el de pagar por metro cuadrado ocupado. Huesca, por ejemplo, ya lo hace así. Cobra 37,35 euros por cada uno en vías públicas de primera categoría si incluyen una cubrición, y 34,20 sin ella (el mínimo es 24,5 y 20,4, respectivamente). Y no entra a discutir las dimensiones del velador, sino solo el espacio que ocupa en la calle. Visto así, los cuatro metros cuadrados de Zaragoza por cada velador, le saldría al hostelero por 149,4 euros (136,8 sin cubrir).

A priori mucho más barato que los 216,55 euros al año que le puede costar a un bar ubicado en una zona de categoría especial de Zaragoza, como la plaza del Pilar, por ejemplo. Lo curioso es que protestan desde una asociación como Cafés y Bares que permite a los locales abonar, por estas mismas condiciones, solo 87,15 euros al año por esa misma mesa y cuatro sillas. Es decir, como mínimo 47 euros más barato que en Huesca.

Teruel, en cambio, cifra la tasa en base a un coste al día por cada velador. Así, en la misma primera categoría, por ejemplo en la plaza del Torico, se abonan 2,42 euros diarios si es solo para el verano, que multiplicados por 61 días equivale a 147,62 euros por cada mesa y cuatro sillas; o 2,02 por unidad si es estacional, es decir que por 91 días sale a 183,8 euros; o 273 euros si es para todo el año (1,5 por velador multiplicado por 182 de los 365 días). Es decir, es 56,45 euros más caro montarlo allí que en la plaza del Pilar, si la solicitud en Zaragoza se hace de forma individual, y hasta el triple que si es a través de asociaciones.

Una cuestión monetaria

Pero Teruel introduce la posibilidad de acudir a una tasa más barata, poniendo solo una mesa alta o una barrica. Y ni aún así. Tenerlas todo el año costaría 136,5 euros en la plaza del Torico y esos 87,15 en la del Pilar.

Así que el debate, en el que los hosteleros y el consistorio animan a diferenciar entre la tasa y el espacio permitido, está muy marcado por la cuestión monetaria. Y lo despachan entre ellos, ya que al cliente ni se cuestiona que es más caro consumir en la calle, que es de todos, que en el interior de un bar. Pero es evidente que no se ponen de acuerdo y acabarán ante un juez preguntándole: ¿Cuánto ocupan una mesa y cuatro sillas?