La mesa municipal para el conflicto de los bares arrancó ayer con la elaboración de un primer borrador y ante un fuerte escepticismo de los colectivos de vecinos afectados por el problema del ruido y las zonas saturadas, que desconfían de la nueva iniciativa tras tantos años de lo que consideran "ineficacia total del consistorio".

El grupo de trabajo, formado por representantes de los grupos políticos y técnicos municipales de medio ambiente, servicios públicos y policía, --no hay ningún representante de los afectados-- presentó un primer análisis de la normativa vigente e identificaron algunos de los puntos conflictivos, principalmente de licencias.

Pedro Marchante, presidente de la Asociación de Vecinos Casco Histérico, afirmó ayer sentirse "muy escéptico" por la "ineficacia y connivencia mostrada por el ayuntamiento hacia el problema del ruido". Marchante se mostró dispuesto a aportar soluciones cuando la mesa les invite. "No nos creemos nada del ayuntamiento", sentenció su homólogo en la Asociación de Vecinos La Huerva, del área de Moncasi, Ignacio Sáenz, que está a la espera de ver en qué dirección avanza la mesa de trabajo. Jorge Brenués, gerente de la Asociación de Cafés y Bares, valoró positivamente este paso dado por el consistorio.