Que Messi no iba a continuar en el equipo socialista la próxima temporada es algo ya sabido por todos en el Ayuntamiento de Zaragoza. La duda que muchos tienen ahora es si se marchará en el mercado de invierno. Es la encrucijada del teniente de alcalde de Cultura, Educación y Medio Ambiente, Jerónimo Blasco, con la continuidad totalmente descartada, los movimientos que ha estado realizando en los últimos meses han servido para aumentar las sospechas, dentro de su propio partido, de que podría recuperar su plaza de letrado en el Parlamento europeo a principios del año próximo, antes de agotar la legislatura. Se sabe el qué, que es que se va; el dónde, a Bruselas; y el por qué, por la salida de su principal y casi único valedor, el alcalde, Juan Alberto Belloch. Y solo falta conocer cuándo, y ese dato solo está en su mano.

Lo está porque, entre otras cosas, las dos excedencias de las que ahora disfruta son por comisión de servicios especiales para ocupar cargo público. La tiene en Bruselas y también en las Cortes de Aragón, como letrado. Y esa condición le permite no tener que esperar a que una de estas dos instituciones genere una vacante para poder recuperar su plaza. Solo con que lo pida, el interino que ahora ocupa su puesto deberá abandonarlo para dejarle sitio. El problema es que, tras unas últimas semanas de máxima tensión, el escenario no es nada propicio para hablar de salidas, y menos la suya. Su presencia y su continuidad en el consistorio siempre ha estado vinculada a la de Belloch y ya sin el alcalde en el próximo proyecto, él era consciente de que su tercer periplo en el ayuntamiento tocaba a su fin. Al anunciar este su salida, los movimientos de los últimos meses de Messi cobraban más sentido para sus compañeros de partido. Pero ahora, con Carlos Pérez Anadón ya como candidato para las próximas elecciones, la hoja de ruta está marcada: todos quietos en la mata hasta que llegue el momento de hablar de listas. Cuanto menos meses resten para acabar el mandato, mejor se gestiona esta transición y la etapa de pato cojo que tanto miedo le da al PSOE.

Pero Blasco no solo tiene que velar por su futuro a corto plazo, también entra en juego los años que le faltan por ejercer para garantizarse una jubilación cobrando por la plaza que se ganó como letrado en el Parlamento europeo. Eso le lleva a hacer cábalas sobre cuándo es el momento idóneo para cambiar de aires y eso acabe influyendo en poner fecha a su marcha. El alcalde ya ha manifestado su deseo de gobernar hasta el último minuto de legislatura. Él también lo dice y lo dirá.

Y el vicealcalde, Fernando Gimeno, también. Pese a que su encuentro con el secretario general del PSOE en Aragón, Javier Lambán, esta misma semana en el hotel Palafox y justo al día siguiente de confirmarse que la única candidatura en pie para las primarias era la de Pérez Anadón, haya levantado las mismas sospechas, o más, de que este está buscando acomodo en otras instituciones que no son el ayuntamiento.

De los ediles afines a Belloch, solo Lola Ranera parece tener alguna opción de mantenerse junto a Pérez Anadón. Con una agrupación como la del Rabal como aval, que proporcionaría un buen número de votos movilizando al electorado, incluso hay quien piensa en el partido que no solo peleará por estar sino que tendrá una posición de fuerza para pedir escalar a un puesto destacado de la lista.

Pero no solo los afines a Belloch han movido ficha. Otros, fieles a Pérez Anadón, también lo hacen, por lo que pueda pasar. Es el caso de Laureano Garín que, aún teniendo la plaza de funcionario municipal desde hace más de tres décadas y que dejó hace 16 para ser concejal, se ha inscrito en el Colegio de Abogados después de tener la carrera desde hace mucho tiempo. La nueva normativa le obligaba a colegiarse para mantener la validez de su título. No lo habría perdido, pero de no hacerlo habría tenido que pasar como mínimo un año en un curso que lo homologue. Y no está el panorama como para esperar tanto, para buscar una salida o, como ya se planteó este año, pensar en ser concejal a tiempo parcial.

Así que los próximos meses se prevén inciertos en la nueva etapa en la que el míster no quiere Messis en su equipo.