Lo anunciaron a bombo y platillo. El Ayuntamiento de Zaragoza iba a destinar 10 millones de euros a tres líneas de microcréditos para dotar de liquidez a autónomos y pequeños empresarios para afrontar la pandemia. Desde entonces, allá por el mes de junio, tanto la concejala de Hacienda, María Navarro, como la de Economía, Carmen Herrarte, se han hecho multitud de fotos con comerciantes y hosteleros hablando del plan, cuyo plazo para solicitar los préstamos se cerró el lunes. Ayer se conoció el balance inicial de esta partida: de los 10 millones presupuestados se han gastado 8,5. Es decir, se han dejado sin asignar un millón y medio de euros, a pesar de lo cual las jefas de ambas áreas mostraron su satisfacción. Eso sí, se han presentado un total de 1.466 solicitudes de las 1.200 que el consistorio se fijó como objetivo.

De las cifras puede deducirse que ha habido una mayor cantidad de personas que han pedido créditos menores, y de ahí el desfase. Ayer, la titular de Hacienda se sentía «orgullosa» por lo conseguido, dado que toda la operativa montada era novedosa y se ha conseguido repartir un 85% de la partida. Eso sí, la oposición, en concreto el PSOE, no dudó en recordarle que, cuando se anunció esta medida, Navarro afirmó que si fuera necesario ampliarían los fondos para poder llegar a todos los solicitantes.

Ahora, el millón y medio de euros que ha sobrado se destinará a un nuevo programa de microcréditos pero que tendrán bases más flexibles y condiciones más para «blandas» para poder acogerse a ellos. El problema que detectaron algunos comerciantes, y que Navarro ha admitido, era que una de las condiciones para recibir estos préstamos era que los negocios debían acreditar un 50% menos de facturación. Ahora, las áreas de Hacienda y Economía plantean rebajar esa cifra para que más empresarios puedan acogerse a este plan.

Durante los próximos días, tras la adjudicación provisional de los microcréditos, el ayuntamiento comenzará a llamar a los solicitantes para subsanar posibles errores en los que hayan incurrido en las solicitudes para rubricar los créditos.

En la izquierda, el grupo más crítico ayer con el balance del equipo de PP y Cs , como se ha mencionado, fue el socialista. La concejala delegada de Hacienda, Ros Cihuelo, no dudó en calificar esta medida de «fracaso», puesto que no se habían gastado los diez millones presupuestados. En su momento, las modificaciones de crédito necesarias para cubrir esta partida fueron aprobadas en solitario por PP y Cs, mientras que el resto de grupos se abstuvieron. Todos los partidos veían con buenos ojos la medida, pero la izquierda pedía más valentía.

En ese sentido se pronunció también Cihuelo, pues en su opinión tendría que establecerse una comisión que fije el modo de conceder ayudas directas a autónomos y pequeños empresarios. «Esta -la de los microcréditos­- no era la medida que la ciudadanía estaba demandandando», zanjó.

En ZeC, Pedro Santisteve incidió en el hecho de que los microcréditos no son sino préstamos que los solicitantes tendrán que devolver. «Dentro de un año veremos la devolución de estos créditos. Lo que necesitamos es una verdadera inversión municipal en estos sectores estratégicos», asumió el exprimer edil. Los microcréditos, dijo, son una medida «positiva» pero «la realidad es que es lo único que ha hecho el ayuntamiento hasta ahora».

El portavoz de Podemos, Fernando Rivarés, aseguró que este plan de dotación de liquidez_«no ha acabado de funcionar». «Dijimos que muchos autónomos no podrían acogerse a esas condiciones en plena incertidumbre y así ha sido. Hay sin solicitar casi dos millones de euros de los 10 disponibles», expresó.

Por su parte, algunos expertos apuntan a que los créditos son una buena solución para dotar de liquidez a las empresas siempre que haya perspectivas de crecimiento en el futuro próximo. Es el caso de Narciso Samaniego, director del área de Competitividad de la Cámara de Comercio.

«Todo lo que sean ayudas, como los microcréditos, es bueno para el comercio», explica, aunque apunta que la clave ahora está en reactivar el consumo. «Hay que conseguir que la demanda se recupere y que la gente vuelva a consumir. Que salga a la calle y vuelva a comprar...», ejemplifica. Sobre las ayudas directas apunta que ninguna institución podría asumir el coste necesario para paliar los efectos de la pandemia, que mantuvo muchas persianas bajadas durante largas semanas.

Las exenciones de tasas o pagos por suministro, en este sentido, podrían también ayudar. Navarro informó ayer de que el ayuntamiento ya está trabajando en las ordenanzas fiscales para el año siguiente y que el covid, como todo en este 2020, influirá en las mismas para tratar de «ayudar a los más pequeños». Queda pendiente.