Juan Pedro Serrano, director del IES Picarral: "El aumento de profesores es de agradecer, pero necesitamos aún más"

Los directores de los institutos afrontan el nuevo curso con la incertidumbre que comparten todos los docentes y familias, y el reto añadido de organizar los recursos en este regreso a las aulas insólito. Juan Pedro Serrano, director del IES Picarral en Zaragoza, considera que las medidas anunciadas por Educación «llegan muy tarde». «Entendemos el esfuerzo de la Administración, que los recursos no son ilimitados para contratar profesorado, pero estamos a finales de agosto y tenemos que organizar las cosas para ya. Llegan tarde», lamentó.

El capítulo de personal es uno de los que más preocupa a este director de instituto, que recordó que «la contratación de 350 o 400 docentes en Aragón implica que no va a tocar ni a un profesor más por cada centro». «El aumento de docentes es de agradecer, más cuando ha habido cursos en los que se ha recortado, pero necesitamos más profesores», señaló.

Entre las cuestiones positivas, Serrano señaló que «el escalonamiento del inicio de curso es una buena opción, que evitará las aglomeraciones y nos ayudará a hacer el recibimiento de cada curso en un momento complicado en el que tenemos que explicar muchísimas cuestiones organizativas sobre los accesos, el recreo, el uso de los aseos, los circuitos de circulación...».

Y reconoció que será «difícil» adaptar el modelo educativo a la semipresencialidad desde 3º de ESO. «Son medidas sanitarias, no educativas. Encajar contenidos presenciales y otros telemáticos va a ser complejo y una carga enorme de trabajo. Además, no todos los centros tienen los medios. Nosotros, por suerte, llevamos tiempo familiarizados con nuestra plataforma digital y estamos algo más preparados», manifestó. Reiteró que «la educación online nunca podrá sustituir a la presencial», y alertó del «riesgo de retroceder a modelos educativos más individualistas».

Laura Gonzalo, madre de un alumno de Educación Especial: "Confío en el funcionamiento de los ‘grupos burbuja’ frente al virus"

Laura Gonzalo es la madre de Diego, alumno de 16 años del colegio de Educación Especial Ángel Rivière de Zaragoza. En esta particular vuelta al cole, asegura, se han sentido «como siempre, como los grandes olvidados». En las últimas intervenciones del consejero de Educación, lamenta, «apenas nos ha dedicado unas palabras al final de su discurso, y con las medidas anunciadas, no vemos que haya una consideración especial por este colectivo».

Sin embargo, después de seis meses sin clases presenciales, Gonzalo reivindica la importancia de la presencialidad en Educación Especial. «Es absolutamente imposible que la educación sea online. De hecho, ya ha habido un retroceso brutal en los tratamientos de estos chicos, y ya no es no aprender, sino retroceder en temas como tragar o estar sentados. Para muchos, el único fisio al que tienen acceso es el del colegio, y tampoco se ha dado una alternativa para continuar con las terapias mientras no había colegio», denunció. También, insistió, «si no van al colegio, no tienen manera de socializar. Necesitan a sus compañeros y sus terapias, que para ellos son la vida».

Este verano, su centro puso en marcha una experiencia piloto de campamentos de verano con grupos burbuja. Una experiencia positiva que les hace afrontar el nuevo curso con cierta confianza. «Fue satisfactorio el funcionamiento de los grupos burbuja ya que hubo un caso de coronavirus, y la coordinación entre Educación y Sanidad fue tal y tan rápida, que enseguida se aisló el aula afectada y nadie más dio positivo», explicó la madre de Diego. Una iniciativa que «se vio que puede funcionar si hay recursos suficientes».

Pero otros asuntos despiertan incertidumbre. Como si habrá profesores, enfermeros y auxiliares suficientes y si se reducirán las ratios. O si el transporte escolar se mantiene, y en qué condiciones.

Sara Gascón, maestra de Música y madre de dos niños: "Como madre, me planteo si llevar a mi hijo al colegio o no"

Sara Gascón es maestra de Música interina y mamá de dos niños, de dos y cinco años. Afronta esta semana previa al inicio de curso con «mucho miedo porque no veo un protocolo claro que vaya a contener el covid en las aulas», lamenta. Tanto es así, que se plantea no llevar a su hijo mayor al colegio, mientras que el protocolo propuesto en la guardería de su hijo menor le aporta más confianza y sí que lo llevará al centro este curso.

«Lo veo complicado. No podemos evitar que en el colegio los niños tengan contacto y tampoco veo que se den las condiciones para cumplir las distancias de seguridad de 1,5 metros de distancia. Además, veo inviable que los niños estén seis horas con la mascarilla puesta», expuso. Por el contrario, en la guardería le han presentado un protocolo que considera «más seguro, y eso que tienen una ratio de 20 alumnos por aula». «Allí van a tener zapatillas para cambiarse nada más entrar, desinfectante en las manos y estarán siempre en la misma aula», explicó.

También le preocupa la responsabilidad colectiva. «Como profesora, nos hartamos de ver que algunos padres les dan a los niños Dalsy por la mañana, los envían al colegio, y a las dos horas les sube la fiebre. Hay padres muy responsables y otros que piensan que el colegio es un aparcamiento de niños y eso, en una pandemia, no puede ser», denunció.

Como maestra, todavía no conoce su plaza de destino, y denuncia las dificultades específicas de su colectivo para impartir clase. «No podemos cantar, no podemos tocar la flauta, y la mayoría de colegios no tienen instrumentos de pequeña percusión. ¿Qué hacemos entonces? No nos han dado ningún protocolo que podamos seguir», lamentó. Como la mayoría, considera que las medidas «llegan tarde» y exige EPIs y materiales, más allá de geles desinfectantes, para todos los centros.

Silvia Mairal, profesora del CEIP Tío Jorge y madre de una niña: "Creo que hay que intentar la presencialidad; los niños lo necesitan"

«Como docente y como madre, creo que hay que intentar la presencialidad. Los niños lo necesitan, y las familias también». Silvia Mairal es maestra de 4º de Primaria en el CEIP Tío Jorge de Zaragoza, y madre de una niña de 4 años, que este año empieza 2º de Infantil en el colegio Agustina de Aragón. No obstante, pese a estar a favor del regreso a las aulas, incide en que las medidas «llegan muy tarde» y reconoce que «el mantenimiento de los grupos burbuja va a ser muy complejo». Considera que, para llevarlo a cabo con éxito, «tiene que haber mucho personal».

Por ejemplo, señaló, cuando surja un caso positivo en un alumno que tenga que estar aislado en el centro hasta que vengan a recogerlo sus padres, «¿quién se va a quedar con ellos? Necesitaremos refuerzo de personal».

De momento, como docente, desconoce si contará en sus clases con un apoyo, ya que prevé tener 23 y 24 alumnos en cada una de las vías. A ello se suman las dificultades para mantener la distancia. «En los colegios hay pocos espacios libres, los que quedaban disponibles se destinarán para el comedor, y va a ser en muchos casos imposible mantener la distancia de 1,5 metros», lamentó.

Como madre, reconoce que la vuelta al cole «es un riesgo, más en Infantil, donde van sin mascarilla, pero es un riesgo que hay que asumir». Y, para evitar un posible contagio, han tomado decisiones difíciles. «En principio, hemos decidido que mi hija no tenga contacto con las personas vulnerables de la familia, y ver a los abuelos siempre al aire libre y con mascarilla», manifestó.

Por otro lado, puso el foco en uno de los elementos clave, el servicio de madrugadores. «Como no es seguro que se vaya a ofertar, y no valoramos que la lleven al cole los abuelos, agotaremos el resto de opciones: el teletrabajo de mi marido o contratar a alguien que haga este servicio», indicó.