La alcaldesa de Caspe (Zaragoza), Pilar Mustieles, y el resto de los miembros del Gobierno local se encuentran confinados en sus respectivos domicilios desde el jueves pasado y durante 14 días tras haber resultado positiva la prueba PCR para detectar la COVID-19 a una concejal. La actividad municipal "no se ha paralizado nada", ha declarado la alcaldesa a Europa Press.

Mustieles ha indicado que todos los componentes del Gobierno local se han sometido a la prueba PCR y que, a fecha de hoy, todos se encuentran bien. La persona que ha dado positivo presenta pocos síntomas, ha apuntado.

El Gobierno local está trabajando en casa y sus miembros se comunican por videoconferencia por este motivo. El Pleno municipal que se iba a celebrar durante la última semana de julio podría posponerse hasta la semana siguiente.

LA COVID-19, CONTROLADA

"La COVID-19 está controlada en Caspe", ha afirmado la alcaldesa, quien ha indicado que el centro de salud está realizando "muchas pruebas" y que "siguen saliendo casos", no solamente entre temporeros, sino también entre los vecinos. Ha observado que los afectados son de cualquier edad, "desde los chicos más jóvenes a los más mayores" y que la mayoría son asintomáticos o con pocos síntomas.

También ha dicho que en las fincas de fruta se realiza "un control bastante estricto" a los trabajadores temporeros porque "tenemos más riesgo", apuntando que la campaña concluirá en octubre con la recogida del melocotón embolsado.

Por otra parte, Pilar Mustieles ha destacado que "la gente se ha concienciado muchísimo, ha sido sorprendente la responsabilidad" manifestada, apuntando que la Policía Local le ha informado de que "se está respetando la mascarilla obligatoria", también los aforos en los establecimientos públicos.

Además, ha comentado que el Ayuntamiento ha vuelto a cerrar las peñas recreativas y los jóvenes, entre los que se ha detectado algún caso, no hacen botellones. Como en el resto de los municipios de Aragón, las fiestas patronales de agosto están suspendidas.

Mustieles ha lamentado que la afluencia de turistas va "bastante mal" porque Caspe se encuentra en Fase 2 flexibilizada y "la gente se lo piensa a la hora de acercarse", lo que perjudica al comercio local porque han caído las ventas.