Miguel Ángel Pérez Torres es profesor colaborador del departamento de Física Teórica de la Universidad de Zaragoza e investigador del Instituto de Astrofísica de Andalucía. Ha encabezado una campaña de observación para detectar planetas en otros sistemas solares.
-Hábleme del método para detectar esos planetas en otros sistemas solares.
El método consiste en la utilización de radiotelescopios con el objetivo de detectar la emisión de ondas
de radio que se generan al interaccionar el planeta con la estrella, en este caso entre la estrella
Proxima Centauri y el planeta Proxima b.
-¿Cuánto tiempo llevan trabajando en este estudio?
Empezamos a finales del 2016, cuando enviamos la propuesta de observación a la red australiana de
radiotelescopios. Lo hicimos con esa red porque Proxima b solo se puede observar desde el hemisferio
sur. La propuesta se evaluó por un comité de expertos, se aprobó, se observó en el 2017 y nos
descargamos los datos de las observaciones, que son complejos de analizar. A finales del 2018
habíamos detectado emisión y parecía que había una señal periódica. Esto es lo que nos esperábamos
si había un planeta que interaccionaba con su estrella: una emisión en la banda de radiofrecuencias
que además tuviera una correlación con el periodo orbital del planeta, es decir, el tiempo que le lleva
al planeta dar una vuelta alrededor de su estrella. Es lo que llamamos año, y que para el planeta
Proxima b dura apenas 11,2 días porque Proxima b está muy cerquita de su estrella Proxima Centauri.
-Le sigo.
-Si piensas en Mercurio, el planeta que está más cercano al sol, la órbita del planeta Proxima b está
como unas 10 veces más cerca de su estrella, que tiene un tamaño de aproximadamente el 15% del
de nuestro sol. Nosotros encontramos una correlación de esta emisión en radiofrecuencias con la mitad
del periodo orbital. Veíamos un aumento brusco de la emisión de ondas de radio proveniente de
Proxima dos veces en cada periodo orbital de Proxima b, es decir, cada cinco días y medio. Esto es lo
que predecían modelos teóricos y, analizando los datos, nos convencimos de que habíamos detectado
esa interacción planeta-estrella.
-Hablamos del planeta Proxima b, que se descubrió hace relativamente poco. ¿Aún quedan muchos planetas por descubrir?
-Seguro que quedan muchos planetas por descubrir. La mayoría de los planetas se detectan
actualmente mediante la técnica de tránsitos, como la que usa el telescopio orbital Kepler. Cuando un
planeta pasa por delante de una estrella, oculta algo de la luz de la estrella. Nuestro método de
detección, utilizando radiotelescopios, tiene sus limitaciones y no esperamos, a fecha de hoy, competir
con la cantidad de exoplanetas que se detectan con otras técnicas. Nuestro objetivo era confirmar lo
que ya sabíamos: que Proxima Centauri tiene un planeta cercano, Proxima b. Y lo hemos conseguido,
validando así nuestro método para detectar nuevos exoplanetas.
-En qué trabajan ahora?
-Estamos preparando propuestas para nuevos sistemas en los que detectar la emisión de la
interacción estrella-planeta con la sensibilidad de los instrumentos actuales sí es factible. Aun así, nos
tendremos que limitar a la vecindad solar, hasta unos 100 años luz de distancia. Sin embargo, en los
próximos años el SKA, el radiotelescopio de nueva generación, será diez veces más sensible que los
actuales, lo que nos permitirá detectar muchos más exoplanetas.