Todo empezó con Lemmy de Motorhead. Ignacio José Ramón un buen día decidió personalizar un muñeco de la marca Playmobil con la camisa y las barbas del hombre que nunca tenía resaca (para eso es necesario dejar de beber) y regalárselo a su sobrino. Ahí se le encendió la chispa y decidió que ese era el camino correcto para revitalizar su juguetería. Ahora decora decenas de muñecos a la semana y ha triunfado especialmente reproduciendo a la plantilla del Real Zaragoza. Hasta el punto de que algunos jugadores se han pasado por el puesto que monta los domingos en la plaza de San Francisco para comprar sus propias figuritas.

La tienda de Ramón está en el camino Cabaldós. El exterior no llama especialmente la atención. Sin embargo, su escaparate sirve como expositor para algunos coleccionistas de Playmobil de la ciudad. Así pueden mostrar sus dioramas construidos con las piezas clásicas de esta firma. «No podemos olvidar que esto es un juguete por encima de todo», precisa antes de entrar en profundidades. Les dedicarán un buen puñado de horas al cabo del día, pero siempre con un objetivo lúdico.

Desde el verano

La iniciativa solo lleva unos meses. Comenzó el pasado verano tras constatar la venta de las cajas tradicionales del producto. Así que, aprovechando su experiencia y destreza como autor de miniaturas para juegos de guerra (tipo Warhammer o De Bellis Antiquitatis), consideró que podía aportar valor añadido a las clásicas figuras de plástico de 7,5 centímetros. Dicho y hecho. Tras el regalo personalizado a su sobrino amplió su campo de acción.

Las primeras semanas los retoques no tenían el grado de detalle y perfección que logra en la actualidad. Los equipos deportivos son su especialidad: el Real Zaragoza, el Huesca o el Caidemont están en su top de ventas. Con un detalle fotorrealista en los escudos y las camisetas.

El precio de sus figuras personalizadas es muy asequible, pues la mayoría rondan los 15 euros. La variedad es impresionante: tan pronto te encuentras con un Harry Potter como con la princesa Leia. Batman, Gladiator o un buen número de agentes de la Policía Local de Zaragoza. Tiene un secreto en la trastienda que le hace lograr unas reproducciones casi perfectas: la impresora 3D. Con ella puede crear complementos nuevos que no existen en el universo Playmobil como las muñequeras de los grupos heavys o los cascos.

Muy asequibles

Ramón asegura que el negocio juguetero tradicional sigue a la baja. Comenzó hace siete años con un local más grande y ahora se ha visto obligado a esta reinvención. Lo bueno es que ha dado con la tecla adecuada tras pasar por una etapa de modificaciones más sencillas, en las que creaba personajes nuevos cruzando el catálogo de la firma alemana. Así creó, por ejemplo, figuras para el belén, ya que Playmobil casi no ofrece más allá que el portal y los reyes magos.

Miles de universos en plástico: romanos, piratas o victorianos que ahora se entrecruzan con los aficionados al Zaragoza y al pop de los Beatles. En las últimas semanas el Kobe Bryant ha pegado un pelotazo, que para eso son los homenajes póstumos. «Siempre me adapto a lo que me pide le gente», reconoce.

Ahora que su idea se ha difundido ha comenzado a recibir encargos de grupos de amigos. Así que tan pronto le toca reproducir a un equipo de baloncesto de algún colegio como a la plantilla de una empresa informática. Y eso que con unas caras tan genéricas como las de Playmobil no es tan fácil sacar parecidos. Pero lo logra.

En la plaza de San Francisco, su segundo expositor de ventas, ha encontrado un ecosistema propicio, entre colecciones de chapas, cromos y demás. «Los niños se acercan a mirar las figuras y los padres se enamoran de las reproducciones de Iron Maiden», reconoce.