Cientos de personas estaban congregadas a las seis y media de la tarde en las inmediaciones de la iglesia de Santa Isabel de Portugal. De los balcones de la sede del Colegio de Notarios colgaban ya algunos estandartes de las 23 cofradías que hay en Zaragoza. A la hora prevista, las 18.45 horas, las trompetas de la cofradía de El Silencio empezaron a anunciar la llegada de la Semana Santa a la capital aragonesa, declarada de interés turístico nacional.

Poco a poco los ruidos ensordecedores y rítmicos de tambores, bombos, timbales, matracas y carracas inundaron las calles del casco histórico: de la plaza del Justicia, pasando por la calle Alfonso, el Coso, la plaza de España, Don Jaime hasta llegar a la plaza del Pilar.

Representantes de todas las cofradías fueron interpretando distintas marchas, como la de Zaragoza, que vienen ensayando desde el pasado mes de enero. Tal y como es tradicional desde 1935, año en la que nace la Semana Santa actual en la capital aragonesa, algunos de los 15.000 cofrades, vestidos con sus terceroles y capirotes de distintos colores, caminaban hacia la plaza del Pilar ante la mirada de cientos de personas, para proceder a la lectura del pregón. El acto que inauguró oficialmente la fiesta y que recordó la entrada de Jesús en Jerusalén tal día como el de hoy.

Esta marcha, en la que no hubo pasos y en la que lucieron los estandartes de las 23 cofradías, fue la primera de las 53 que se celebrarán a lo largo de la semana. La Cofradía de la Institución de la Sagrada Eucaristía fue la encargada de organizar el acto, en el que unos 50 agentes de la Policía Local se encargaron de que el desfile transcurriera sin incidentes. De hecho, tres de ellos montados a caballo encabezaron la comitiva.

EL PREGON A la cola de todos los cofrades, las autoridades municipales cerraban el desfile. Entre ellas se encontraban el concejal de Turismo del Ayuntamiento de Zaragoza, Fernando Arcega, el teniente de alcalde de Participación Ciudadana, Antonio Becerril, y la concejala del PP, Verónica Lópe. El alcalde de Zaragoza, Juan Alberto Belloch, se sumó al acto para la lectura del pregón.

Diez minutos antes de las 20 horas, los tambores y las trompetas comenzaban a escucharse en la plaza del Pilar. Allí había reunidas miles de personas, que después de la ofrenda floral, asistieron a la inauguración de la fiesta que corrió a cargo de Armando Cester, cofrade de Nuestro Señor Atado a la Columna y Nuestra Señora de la Fraternidad en el Mayor Dolor desde hace 27 años. El pregón este año estuvo marcado por las víctimas del 11-M.

"Debo anunciar la semana de pasión que vamos a vivir desde el domingo de Ramos hasta el de Pascua", comenzó este hombre de 46 años. "La Semana Santa es arte en la calle: cultura, tradición (...), pero todo sería un teatro sin El", continuó. "Dios no suprime el dolor, aunque se hace solidario con él", apuntó Cester haciendo alusión a niños del Tercer Mundo, a mujeres maltratadas, a inmigrantes y a las familias de las víctimas del 11-M. "Anuncio una Semana Santa que se prolongará todo el año" . Con estas palabras concluyó Cester el pregón y los cofrades volvieron a realizar todo el recorrido del desfile a la inversa. Quedó inaugurada así la Semana Santa en Zaragoza.