Los militares aragoneses que enviará en breve el Ministerio de Defensa a Afganistán se desplegarán en la capital, Kabul, y Mazar-i-Sharif, una ciudad situada al norte del país. Pero, además, reactivarán el destacamento de Manás (Kirguizistán), donde ya estuvo presente el Ejército entre febrero del 2002 y junio del 2003.

La misión de estos efectivos, destinados en el Ala 31 de Zaragoza y en el Escuadrón de Apoyo al Despliegue Aéreo (EADA) de la capital aragonesa, será establecer puentes aéreos desde Manás con Kabul y Mazar-i-Sharif para garantizar el correcto transporte de materiales y de tropas del Ejército de Tierra hacia el interior del país.

Como los aviones comerciales no pueden aterrizar en suelo afgano al carecer de sistemas de defensa antiaéreos, lo más probable es que el grueso de las tropas españolas viaje en aparatos comerciales hasta Kirguizistán, haga escala allí y parta después en alguno de los dos aviones Hércules de la Base Aérea zaragozana que se utilizarán.

Salvo cambios de última hora, entre 50 y 70 militares del Ala 31 y del EADA viajarán a partir del próximo día 21 a Kirguizistán. Su objetivo es que el destacamento entre en funcionamiento antes de que parta el resto del contingente español, compuesto en total por 1.040 soldados y cuyo principal cometido será proteger las primeras elecciones democráticas del país, que se celebrarán el 9 de octubre. En principio, está previsto que todas las tropas españolas se encuentren en Afganistán a mediados de septiembre

Junto a estos efectivos, el EADA de la capital aragonesa desplazará un pequeño grupo al aeropuerto de Kabul y otro a Mazar-i-Sharif para asegurar la correcta coordinación de los vuelos, ya que estas dos ciudades serán los centros operativos en los que trabajará el Ejército español. Esta última localidad, de unos 120.000 habitantes, es de mayoría shií y está sembrada de minas desde los años ochenta.

PRIMER VUELO Los primeros 55 militares del contingente parten hoy hacia Afganistán a las nueve de la mañana en un Hércules de la Base Aérea. Tal y como adelantó este periódico, en el avión, que sale desde Getafe, viaja la comisión aposentadora encargada de preparar el acuartelamiento de Mazar-i-Sharif.

La proliferación masiva de minas ha obligado a incluir en este grupo zapadores y tedax, además de ingenieros y algún paracaidista. Aún quedan zonas repletas de explosivos desde la guerra contra los soviéticos.

La partida del pequeño grupo casi coincide con la conclusión del plazo para inscribirse en el censo electoral, que se produjo el pasado domingo. Nueve millones y medio de personas ya se han registrado.

Defensa ya ha diseñado un contingente de 893 militares para esta nueva misión del Ejército español, cuyos integrantes se unirán a los 137 que ya operan dentro de la Fuerza Internacional de Asistencia a la Seguridad (ISAF). 500 de ellos, en su mayoría paracaidistas, se dividirán en tres compañías, de las cuales dos se mantendrán en la zona de Kabul y una en Mazar-i-Sharif.

Además, el Escuadrón Médico Avanzado de Tierra de Zaragoza coordinará la creación de un equipo sanitario que deberá instalar un hospital de campaña en Kabul. El resto de los militares corresponde a unidades logísticas y de apoyo al despliegue aéreo. Y junto a los dos Hércules de la Base Aérea se emplearán cuatro helicópteros.