Aunque la atención mediática sobre Villanueva de Sijena ha descendido desde la devolución de los bienes sacros que retenían en Cataluña, el monasterio mantiene su atractivo turístico. En lo que va de año la exposición que se inauguró en enero del 2017 ha recibido un total de 6.607 visitantes, de los cuales 953 recorrieron la muestra en el mes de julio.

La cifra es similar a la del año pasado y muestra una estabilidad en el interés por las piezas sacras. Sin embargo, la confusión que genera necesitar dos entradas diferenciadas para realizar el recorrido completos sigue siendo una de las quejas más repetidas en la comarca de Los Monegros.

Las obras que salieron del Museo de Lérida y del Museo Nacional de Arte de Cataluña se pueden visitar los viernes, los sábados y domingos en un recorrido organizado por el Gobierno de Aragón para el que es necesaria una reserva previa y que cuesta tres euros. Por otro lado, conocer el complejo monástico requiere otra entrada de cinco euros que cobra la comunidad religiosa.

La voluntad de la DGA es revertir esta situación, pero habrá que esperar por lo menos hasta el 2020 para que los cambios sean visibles. La llegada de las piezas del tesoro del monasterio va aparejada a una ampliación del espacio expositivo actual para convertir el cenobio monegrino en un verdadero museo de arte sacro con capacidad para atraer visitantes y con unos horarios y servicios equivalentes a los de la red autonómica.

La inversión para el desarrollo del plan director que han diseñado los arquitectos Pemán y Franco, y que se presentó el pasado mes de abril, será de tres millones de euros para la primera fase y se espera un aporte similar durante los próximos seis años. De este modo se recuperarán gran parte de los lugares que actualmente no se pueden visitar y también se adaptarán los accesos y se crearán servicios complementarios.

Más espacio de exhibición

Esto supondrá multiplicar casi por tres el espacio dedicado a la exhibición de las piezas, que estarán conservadas en vitrinas con una climatización independiente en una zona de 610 metros cuadrados, frente a los 230 de los antiguos dormitorios. Cuando finalmente se complete la intervención en lugares como el claustro el nuevo museo arqueológico tendrá una superficie que ronde los 7.000 metros cuadrados.

La restauración del monasterio comenzó en el 2000 con actuaciones en los antiguos dormitorios y en la consolidación de la portada románica. Los mayores riesgos del monumento son las humedades que han provocado la degradación de muchas de las fachadas y estancias.