Una empresa contratada por el Ministerio de Defensa de Federico Trillo recurrió a inmigrantes ilegales de países del este para servir comida a los militares españoles en la base iraquí de Diwaniya. Según pudo saber EL PERIODICO, era la primera vez que Defensa recurría a una compañía civil para el cátering, y los trabajadores, en torno a una veintena, sustituyeron a los logísticos aragoneses, que siempre cubrían esa labor.

Los extranjeros, que cobraban 40 euros al día, no tenían seguro ni contrato y llegaron a España con la promesa de que su situación se regularizaría, informó la Cadena Ser . La unión de empresas Tecnove-Ucalsa, que cobró tres millones de euros por sus servicios, reconoció los hechos, pero no consideró que su actuación fuese ilegal porque los extranjeros nunca trabajaron en España. Pero los riesgos fueron muy altos, ya que en sus desplazamientos por el país viajaban sin escolta.

Los miembros del Elemento Nacional de Apoyo Logístico (INSE III), dentro del cual figuraban 95 militares destinados en Aragón, sufrieron un cambio en sus trabajos habituales. En otras misiones internacionales, los logísticos se encargaban también de la alimentación, pero en este caso el INSE III tuvo que reducir su contingente para adecuarse a la estructura implantada por el ministerio. Una docena de efectivos se quedó sin participar en la misión y, según explicaron fuentes de Defensa a este diario, se produjeron "bastantes quejas" por la comida.

Al mismo tiempo que fuentes cercanas a Trillo negaron que el exministro conociera los contratos y señalaran al Estado Mayor del Ejército de Tierra, el actual jefe del departamento, José Bono, dijo que no cree que su antecesor sea responsable. Y apuntó que debe ser Inspección de Trabajo quien analice lo ocurrido.