La ministra de Sanidad, Elena Salgado, ha solicitado a la Dirección General de Salud Pública de su departamento que elabore un informe sobre el brote de legionela aparecido el pasado mes de junio en el Clínico de Zaragoza y sobre las posibilidades de llevar a cabo un endurecimiento de la normativa vigente sobre control de esta bacteria, medida que ya reclamó hace unos días la DGA.

La investigación encargada por la titular de Sanidad viene motivada por una carta que le remitió José Luis Ansón, nefrólogo del hospital Clínico que hizo públicos hace una semanas varios informes en los que denunciaba las carencias de la instalación de frío y cuestionaba la actuación del Salud durante la crisis.

El facultativo remitió la semana pasada algunos extractos de estos documentos a Madrid. En ellos, además de presentar un análisis sobre el estado de las torres de refrigeración cuando surgió el mortal brote, Ansón también exponía el peligro del uso de medicamentos multidosis. El propio subdirector general de Atención al Ciudadano del Ministerio de Sanidad y Consumo, Juan Antonio Pagán, envió un escrito al doctor zaragozano en el que se le informaba del inicio de la investigación con fecha del 4 de octubre.

Dicho informe ha sido encargado a la Dirección General de Salud Pública, cuyo titular es Manuel Oñorbe, que el pasado 1 de julio ya visitó Zaragoza durante el brote de legionela. En aquella ocasión, aseguró que la actuación del Gobierno de Aragón había sido "correcta" y que se habían seguido los "protocolos establecidos" ante este tipo de brotes. Durante su comparecencia, adelantó que se estudiaría una modificación del decreto de prevención y control de la legionela, reforma que la DGA solicitó de manera formal la pasada semana al Ministerio.

A LA ESPERA DE RESPUESTAS Los informes del doctor Ansón ya provocaron recientemente que la Junta de Personal del Clínico exigiera a la Administración más datos sobre el brote de legionela y sobre las labores de mantenimiento que se habían llevado a cabo en las torres donde apareció la bacteria. La documentación aportada por el médico fue adjuntada, asimismo, como parte de un expediente abierto por el Justicia.

En dicho informe (que se remitió al Salud y a los grupos de las Cortes), Ansón aseguraba que hubo deficiencias en la limpieza de las torres y carencias en la actuación de la DGA, lo que provocó una dura reacción de la Administración que "desautorizó" al médico públicamente. El facultativo aportó una serie de fotografías en las que podía observarse el estado de los separadores de gotas de la instalación (llenos de algas, rotos y con calcificaciones), incluso después de que se declarara el brote. La semana pasada salió a la luz un documento del registro de mantenimiento de noviembre del 2003 en el que un operario también tachaba de "penoso" el estado de estas piezas.