Dolores de cabeza, picor de ojos, fuerza excesiva para reconocer a alguien en la distancia e incluso el fracaso escolar, son algunos de los síntomas que, las más de cien personas que han acudido este miércoles a las instalaciones de la Fundación Tranvía, han sufrido alguna vez y que por fin consiguieron solucionar a pesar de no encontrarse en una buena situación económica.

El proyecto Ver para Crecer ha cumplido este miércoles su trigésimo cuarta campaña en España desde que comenzaron en junio del año 2015 y que, hasta la fecha, ha revisado la vista de 3.000 personas. En Zaragoza ha sido la segunda vez que se realizaba y el éxito ha sido rotundo.

Según ha explicado el gerente de la Fundación El Tranvía, Javier Aribau, todas aquellas personas que se han visto beneficiadas con este proyecto, habían sido seleccionadas previamente gracias a las trabajadoras sociales con las que cuenta la fundación. Después de 25 años trabajando en el barrio de Las Fuentes, Aribau ha asegurado que no dudaron «en participar en esta iniciativa porque la salud visual está muy vinculada al fracaso escolar y son personas que conocemos, sabemos cuál es su situación y llevamos años trabajando con ellos».

Los ópticos, todos voluntarios, han ido atendiendo a las diferentes familias. Doble silla para que los más pequeños consiguieran apoyar la barbilla bien, letras grandes que costaba ver y cambios de monturas constantes para conseguir dar en el clavo.

Finalmente ha llegado el mejor momento. Una colaboradora de la Ruta de la Luz, Fundación Cione, Nuria Fuentes, ha ayudado y aconsejado a la hora de elegir unas gafas «completamente nuevas» dependiendo de su edad y la forma de la cara. «Nos han pedido colaboración a las ópticas y hemos venido con los ojos cerrados, esto es muy gratificante», ha comentado.

La gestora de la Fundación Cione, Cristina López-Mora, ha explicado que el proyecto había surgido por la «necesidad de las personas que se encuentran en riesgo de exclusión social». Vision For Life es la encargada de poner todo el material así como las lentes y las fundación se encarga de las monturas.

Suana es de Senegal y tiene tres hijos. Todos están estudiando y hace unos meses pudo notar síntomas que reflejaban que no veían correctamente. «Es una oportunidad para que les miren la vista de manera gratuita porque en otro sitio las gafas me habrían costado mucho dinero», ha explicado. Dentro de un mes sus gafas estarán listas y después del último ajuste, podrán disfrutarlas plenamente.