La decisión de congelar el sueldo de los munícipes zaragozanos vale como símbolo. El municipio está en la ruina, hay que aumentar tasas e impuestos... pues los concejales nos ponemos a dieta, habrán pensado (y bien pensado) en la Casa Consistorial. Ahora bien, a riesgo de que ustedes me consideren un tocahuevos impenitente, he de advertirles que éste es un factor de ahorro real irrelevante. Quiero decir que la medida es efectista aunque poco efectiva en sí misma.

Claro que no se puede culpar a los políticos por ceñirse a los caprichos de la gente. Las cosas no son como son sino como queremos mirarlas. Un banquete, una noche de hotel, un asesor, un coche, una subida salarial a los altos cargos (cuyos emolumentos tampoco suelen ser para tirar cohetes) llaman más la atención que otros dislates financieros cien o mil veces más onerosos para los paganos (que somos los contribuyentes).

En este tema, cada cual cuenta la feria según le va y la opinión pública se las arregla como buenamente puede. Belloch está haciendo suya la Ley de Grandes Ciudades, elaborada por el Gobierno del PP a la medida del madrileño Gallardón, y el pobre Atarés se desespera.

No deja de ser curioso que el exalcalde sea una y otra vez víctima de hechos e intenciones que, en última instancia, proceden de su propio partido.

Cuando era alcaldesa, doña Luisa Fernanda Rudi apañaba los vinos servidos en las recepciones municipales con gambas del Belanche y almendras de supermercado. Pero la gamba de verdad la metió con la licencia del híper de Utrillas, que nos va a costar un pico. Moraleja: hay que hilar muy fino con los crustáceos... y el urbanismo.

Así va el tema. Fíjense por ejemplo en los titulares a que dio lugar el ultimo partido (de Copa) entre el Zaragoza y el Barcelona. El Periódico de Cataluña : "El Bar§a, a rastras". Marca : "Penoso". EL PERIODICO DE ARAGON: "Victoria histórica". Quién diría que se trata del mismo partido.