En la calle Rubén Darío casi es más fácil encontrar un gato que una persona. Suelen pasear solos o en parejas, pero los vecinos de la urbanización Parque Hispanidad no dudan en asegurar que hay una treintena en los alrededores de las viviendas. Su presencia no es una novedad puesto que en los últimos años, sobre todo en verano, se habían convertido ya en un elemento más del paisaje. No obstante, el número de animales nunca había sido tan alto como en los últimos meses ni se les había detectado enfermedades.

"Algunos tienen sarna e incluso tiña y da pena verlos. Es muy desagradable y se corre el riesgo de que contagien por contacto a los perros o incluso a los niños que juegan en las calles de la urbanización", manifestó un residente.

Ante esta proliferación, los vecinos se pusieron en contacto con la empresa que les realiza las labores periódicas de desratización, especializada en control de plagas. "Solicitamos que realizasen la desinfección que considerasen oportuna pero nos dijeron que esto no era muy común y que si el Gobierno de Aragón no les daba un protocolo de actuación ellos no se atrevían a intervenir", explicó. La propia compañía intentó contactar con algún experto de la DGA, aunque sin éxito.

"Acudimos también al Ayuntamiento de Zaragoza en busca de una solución pero lo único que nos propusieron fue que comprásemos unas jaulas para capturarlos. Ya lo hicimos hace dos años pero es imposible cogerlos a todos", dijo.

La presencia en sí de los animales no pasaría de ser un "pequeño inconveniente" si no portasen enfermedades. "Si tienes niños en casa es imposible estar tranquilo, temes que puedan coger alguna infección y hay que andar con mil ojos", añadió.

El problema se agrava con la conducta de determinados residentes. "Algunos,motivados por un sentimiento de lástima, les proporcionan alimentos (pese a estar expresamente prohibido por una ordenanza municipal) y claro, no hay forma de que los gatos abandonen la urbanización. Se ha denunciado a la Policía Local pero dicen que hay que pillarlos in fraganti".

Otros vecinos han optado directamente por adoptar a alguno de los animales y llevarlos al veterinario. "Nos parece muy bien, pero no vamos a quedarnos los treinta gatos. Al final habrá mas gatos que personas", bromeó.