El Teatro Principal de Zaragoza se llenó el pasado fin de semana con Calígula, de Albert Camus, adaptado por Mario Gas y protagonizado por Pablo Derqui. Un texto fundamental, hoy vigente, que profundiza en la psicología del tirano y de quienes a su alrededor le bailan el agua, le ríen las gracias y finalmente le tienden sus dóciles cuellos para que el dictador los bese o los corte (o ambas cosas, sin que sea prioritario el orden).

La tiranía, las dictaduras continúan dominando buena parte del mundo. No siempre se amparan en los formatos clásicos de los césares o emperadores, de generales y führers; buscan sin cesar nuevas formas para conquistar el poder unipersonal y doblegar a naciones enteras.

Una de esas novísimas estrategias puede estar forjándose en la actual Casa Blanca. Entre sus paredes, hasta hace poco, un personaje singular, Steve Bannon, ha estado conspirando para modelar el trumpismo y convertirlo en una ideología de poder, a la derecha de los republicanos, sobre los principios de una supuesta historia popular norteamericana basada en el supremacismo y el proteccionismo a ultranza.

Bannon, que finalmente sería despedido por quienes Michael Wolff en Fuego y furia llama el dúo Jarvanka, Jarvis Kushner y su esposa Ivanka Trump, se consideraba el auténtico vencedor de las elecciones en las que Donald Trump derrotó a Hillary Clinton, con su ayuda y la de los rusos. Bannon fue autor de los principales eslóganes (America first) y conceptos de una campaña inspirada en el sufragio blanco y obrero de los cinturones industriales. Tea Party, Asociación Nacional del Rifle y millonarios como Mercier o Aile les apoyaron entonces, y podrían seguir apoyando al propio Bannon de decidirse un día a presentarse a las elecciones presidenciales, como relevo o sustituto de Donald Trump.

En la inquietante personalidad de Steve Bannon, militar de profesión (teniente de navío), afloran las características de un futuro tirano: desprecio por los otros rivales y por los mecanismos de control parlamentario y democrático; tendencia a nuclear el poder en torno a un mínimo núcleo de fieles; racismo; fobia a la inmigración; rechazo de las políticas de izquierda, desde el nuevo ecologismo al viejo Estado del Bienestar...

¿Tienen Bannon réplica en España? De momento no, pero yo no descartaría que pronto le salgan imitadores...