Ni un mes ha tardado. Lo primero que ha hecho Jorge Azcón tras ocupar el sillón de la Alcaldía ha sido maniobrar para que sus amigos puedan pegar el pelotazo urbanístico. O, por lo menos, intentarlo, pues no lo tendrán tan fácil como piensan con Zaragoza en Común (ZeC) en la oposición.

En algunos casos, como el del outlet de Torrevillage, se trata por ahora de un sondeo a los grupos, aunque para nada inocente. El Gobierno PP-Ciudadanos quiere modificar el Plan General de Ordenación Urbana para hacerlo a la medida del desarrollo de un nuevo centro comercial que Zaragoza no necesita (somos la ciudad con más superficie comercial por habitante) y que agravaría la situación del pequeño comercio y de la economía local de los barrios. Recordemos que por cada nuevo puesto de trabajo que crean los centros comerciales en la periferia, se destruyen 1,5 en la ciudad consolidada.

En otros, como Averly, vemos que el propio Azcón ha alcanzado un acuerdo con el grupo Brial, en condiciones muy ventajosas para la inmobiliaria, que le permitirá la construcción de 200 viviendas de lujo en el centro de la ciudad, trasladando además al consistorio los problemas de la constructora para que los solucionemos. Y todo ello antes de tener lugar la primera Comisión de Urbanismo y sin hablar con ninguno de los grupos políticos.

¿Es así como el señor Azcón pretende fraguar los consensos que prometía en su discurso de investidura? Me preocupa especialmente lo que pueda pasar con el parque Pignatelli. Con ZeC, el ayuntamiento inició un proyecto de gran transformación urbana sin precedentes en esta ciudad: por la ausencia de pelotazo y por la presencia, en cambio, de la voz de la ciudadanía, que nos indicó las necesidades reales a pie de calle. Hablo de la construcción de un parque urbano que duplicará en extensión al actual y que contará con decenas de equipamientos ciudadanos, en el entorno de los antiguos e imponentes depósitos de agua, diseñados por el arquitecto Ricardo Magdalena en 1876. Y lo hicimos contando con la unanimidad de todos los grupos municipales y con la participación de vecinas y vecinos, que presentaron 142 propuestas y realizaron más de 18.800 interacciones en la consulta. Ahora, dice el nuevo consejero de Urbanismo, Víctor Serrano, que quiere paralizar el proyecto. Lo hace apoyándose en un recurso presentado por la DGA y para el que el juez ha rechazado las medidas cautelares para no poner en riesgo la ejecución del mismo. Dicho de otro modo, está frenando lo que los tribunales han dicho que debe continuar.

Prioridades

¡Qué distinto el trato a unos proyectos urbanos y a otros! Donde los grandes tenedores de suelo y especuladores inmobiliarios tienen intereses, Azcón despliega la alfombra azul. Donde se prima el interés público y se responde a las necesidades de vecinos y vecinas, se ponen todos los frenos al alcance, por forzados que sean.

El nuevo alcalde de Zaragoza desvela así su modelo de ciudad: ponerla en venta a quien solo busca su beneficio privado. Pregunta obligada: ¿cuánto nos va a costar a los zaragozanos las deudas que ha contraído Jorge Azcón en estos 16 años en los que ha estado aspirando al sillón de la Alcaldía? Todo esto es solo una pequeña parte de lo que está por llegar.

Es sabido por todos y todas que para el Partido Popular es una prioridad facilitar una reforma de La Romareda ventajosa para los propietarios del club. También está en el aire qué va a pasar con los terrenos de Zaragoza Alta Velocidad en el Portillo o con la anunciada intervención en el entorno de la Feria de Muestras. Sin olvidar la puerta que pretenden abrir a que Mercadona instale un supermercado en el antiguo colegio Lestonnac, pese a la fuerte oposición vecinal.

Llevar a la ciudad por este camino del urbanismo a la carta es lo contrario a lo que necesita Zaragoza. Cuando hablamos de urbanismo, debemos hablar de cómo reducir las emisiones contaminantes y mejorar la eficiencia energética mediante apoyos a la rehabilitación de viviendas, de cómo seguir mejorando la movilidad entre distritos, de cómo garantizar el acceso a un hogar y a servicios públicos de calidad. Ese es nuestro modelo de ciudad.

En cambio, este Gobierno PP-Ciudadanos, apoyado por Vox, nos devuelve al pasado: vuelve a poner en venta la ciudad para beneficio de grandes tenedores de suelo, constructores y especuladores. Azcón desvela con sus anuncios urbanísticos la ausencia de un modelo de ciudad y, lo que es peor, el riesgo de acelerar la llegada de una nueva burbuja inmobiliaria. H *Exalcalde de Zaragoza y portavoz de ZeC