Las jornadas de Vivienda y Cooperativismo impulsadas por la Federación Aragonesa de Cooperativas de Viviendas y Rehabilitación (Facovi), MSP Abogados y la Fundación Ibercaja pusieron ayer de relieve «las virtudes del cooperativismo respecto a la compraventa o el alquiler de una vivienda».Concluyeron que este modelo «es un claro mecanismo para facilitar el acceso a una vivienda de una manera colaborativa y democrática». «En plena revolución tecnológica, global y ambiental, se hace más necesario que nunca reflexionar sobre los retos que el derecho a una vivienda digna y el cooperativismo tienen por delante», explicaron los organizadores en un comunicado.

En palabras de Alfonso Salgado , jefe de servicio de Régimen Jurídico y Económico de Vivienda del Gobierno de Aragón, esto es así por «su mejor adaptación, los menores costes y las decisiones compartidas» de todos los cooperativistas de un edificio. Por su parte, Marina Mateo, del Registro de Cooperativas, enfatizó en su ponencia sobre la función concreta de las cooperativas, así como los principios que sustentan las especialidades del régimen de cooperativa en una vivienda.

Antes de la clausura, se debatió en una mesa redonda con especialistas del cooperativismo aragonés para resaltar el buen estado de forma de las cooperativas. Entre ellos, valoraron que este es «un modelo que cada vez está arraigando más». Pese a ello, insistieron en que «la propiedad es la decisión mayoritaria de los que buscan una vivienda». Consideraron «que el régimen de cooperativa fomenta una mayor colaboración, un sentimiento de pertenencia, la facilidad en el acceso a la vivienda o una mentalidad más abierta de concebir la sociedad.

El concejal de Urbanismo en Zaragoza, Pablo Muñoz, defendió el régimen de cooperativas como un valor seguro y destacó su potencial por ser capaz de suplir «los defectos crónicos del modelo de vivienda actual», que se han visto resaltados «con creces» en la crisis inmobiliaria.