La cima del Moncayo está sembrada de restos de dos aviones de guerra norteamericanos que se estrellaron hace veinte años y que la Administración no ha retirado en todo este tiempo. Se trata de un de un cazabombardero F-16 y de un Hércules C-130 que, a causa de la niebla que envuelve habitualmente la cumbre del parque natural, nunca regresaron a la Base Aérea de Zaragoza, donde estuvo desplegado el Ejército de Estados Unidos hasta los años 90.

En el 2002, CHA se interesó por el asunto y la respuesta de la DGA fue que se estaban dando "los pasos necesarios" para recoger las piezas diseminadas por las laderas tras los siniestros, que tuvieron lugar los años 1984 y 1986, respectivamente.

"Sin embargo, ha ido pasando el tiempo y hemos confirmado que los restos siguen ahí, en una clara muestra de desidia de la Administración", señaló la diputada nacionalista Yolanda Echevarría en una pregunta dirigida recientemente a las Cortes de Aragón.

En noviembre del año 2002, el departamento de Medio Ambiente, cuyo titular era entonces Víctor Morlán, respondió que se estaba estudiando la posibilidad de retirar los restos utilizando los helicópteros que se contratarían en la campaña de extinción de incendios forestales, "siempre y cuando las piezas tengan un peso inferior al máximo que pueden cargar las aeronaves".

SIN PISTAS DE ACCESO Además, Medio Ambiente señaló que se consultaría con expertos militares para conocer las características de los restos y el destino que debían tener como residuos. Su intención era instar a la Administración del Estado para que se hiciera cargo de su retirada.

El actual titular de Medio Ambiente, Alfredo Boné, manifestó ayer que carecía de datos sobre los restos de las aeronaves, pero mostró su disposición a estudiar el problema.

"Hace años que se habla de retirar los restos, pero debe de ser muy difícil, y además los ayuntamientos no tenemos ni potestad ni fondos", comentó, por su parte, José Antonio Ichaso, alcalde de Añón, localidad situada en las faldas del parque natural. "De no ser con helicóptero, no se puede hacer nada, pues no existen pistas de acceso hasta el lugar donde se hallan las piezas", añadió.

Jesús Fernández Cornago, presidente de la comarca Tarazona-Moncayo, reconoció que la institución nunca ha realizado gestiones para que se extraigan los trozos de fuselaje y de motor desperdigados por la cima del Moncayo, pero aseguró que se tomarán medidas en el futuro.

José Luis Martínez, presidente de CHA-Tarazona, criticó la actitud de la Administración autonómica, de la que dijo que "de nada sirve predicar respeto a los montes, si el propio departamento de Medio Ambiente no da ejemplo, ya que debería haber sido el primero en ocuparse de los restos de los aviones".