Casi 21 millones de euros, 13,2 de ellos de forma directa, es el impacto económico que tiene en la economía de Aragón el gasto que realizan los visitantes que acuden al Gran Premio de Moto GP, que se celebra cada año en el circuito de Motorland de Alcañiz.

Estas son las cifras que se recogen en un estudio realizado por un equipo de investigadores de la Universidad de Zaragoza, centrado en el impacto económico que tiene este acontecimiento deportivo del Mundial de motociclismo en la economía aragonesa, concretamente en el comercio, la hostelería y la restauración y servicios recreativos y culturales.

El estudio, que analiza los efectos directos e indirectos que genera esta competición en la localidad turolense, ha sido llevado a cabo por Mónica Flores García, Antonio Muñoz Porcar y Pau Rivera Gabás, integrantes del Departamento de Dirección y Organización de Empresas, según informaron ayer desde la universidad.

En total, el consumo directo de los visitantes en los citados sectores supone una inyección directa de más de 13,2 millones de euros, concentrada fundamentalmente en la zona de Alcañiz y su entorno más próximo, y un impacto total de cerca de 21 millones en la economía aragonesa.

Por sectores, el Gran Premio de Moto GP supone una inyección de 3.872.000 euros en el sector del comercio al por menor que, por su efecto multiplicador en el resto de la economía, supone un impacto total de 5.256.871,01 euros. Las compras que suelen acompañar a este evento deportivo de proyección internacional generar un importante volumen de ingresos para los numerosos establecimientos que pivotan en torno a esta competición.

Mientras, en la hostelería y la restauración, el gasto que dejan los visitantes asciende a un total de 9.359.200 euros que, con su impacto indirecto, representa una inyección global de 15.441.662 euros en la economía aragonesa.

Por último, en los servicios recreativos y culturales, se llegan a ingresar solo 21.600 euros, que se elevan hasta los 22.256,94 euros si se tiene en cuenta su impacto indirecto, según el estudio. Un volumen muy inferior para un evento deportivo que provoca un mayor consumo en las maltrechas economías de muchos establecimientos.